El diario de un outsider residente en los arrabales del trimundo

viernes, 5 de febrero de 2010

Semana perezosa y un gadget nuevo en la familia

Después de la Media de Almería, he tenido una semana perezosa. Me encuentro lento. El trabajo tampoco ha ayudado mucho: qué difícil se hace a veces compatibilizar entrenos serios y trabajo; entrenos y el resto de la vida... Bueno: en resumen, una semana aburrida en lo deportivo (en lo social, destaco la quedada-tapeo del lunes noche). Lunes y martes, descanso. Miércoles, piscina por la mañana (1500 metros nada especiales, con la confirmación de algo que ya sabía: mi problema ahora mismo es la batida de piernas; a esa conclusión llegué cuando hice 25 patéticos metros con tabla; a esa conclusión llego cuando trabajo con pull y no muevo nada las piernas y veo que realmente avanzo rápido, más rápido que sin pull), y 12 kms lentorros por la noche (a 5' o por ahí). Ayer, fuera de combate: la lluvia de por la mañana me quitó las ganas de triatlonear, así que día en blanco. Hoy, por fin viernes, día con algo de chispa: un sol espléndido, un mar picado precioso, un poniente flojo. Acabo de volver de hacer 14 kms con buenas sensaciones: menos lento que el otro día y disfrutando (sobre todo del sol). Por cierto, la lesión sigue sin volver a molestar. Sigo cruzando los dedos.
Poco más; como esta semana he tenido un ataque de "padritis", mañana me voy a ver a mis padres. No vuelvo hasta el lunes, así que me tengo que conformar esta semana con un solo día de piscina y, eso sí, mañana y pasado me espera el parque Polvoranca para correr.
Seguimos la semana que viene; ya os contaré mi última novedad, mi último gadget. Hoy me ha llegado el Poolmate, un reloj de piscina que cuenta automáticamente las vueltas y la eficiencia y las brazadas y no sé cuántas cosas más. Como todavía no lo he probado, la semana que viene contaré más. Por gadgets que no quede la cosa. Que paséis buen fin de semana.

1 comentario:

  1. Menos mal que has salvado el lunes!!!!!!, si no no te hubieses salvado tú...
    Lo que te pasa es que te estás volviendo pez y ahora empiza a tirarte más el agua que el árido asfalto.

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