Casi una semana sin actualizar el blog. Con el trabajo, los viajes y la pereza se complica uno la vida mucho -el triatleta debería disponer de un horario especial en el trabajo para poder entrenar con más calma y con más tiempo y sin ningún tipo de estrés. Claro que, con la pereza que me está invadiendo este último mes de invierno, no creo que me sirviera de mucho tener más tiempo libre. No es que me encuentre hoy muy optimista. El caso es que en mi Yogi Tea de hoy, una infusión de gingseng que tomo a veces, me ha salido un mensaje super inspirador: Share your strengths, not your weaknesses. Comparte tus fortalezas, no tus debilidades. Así que me centraré en mis puntos positivos y dejaré para otro momento mis puntos flojos. Puntos flojos como mi batida de piernas en la piscina o el hecho de que, tanto triatleta tanto triatleta, y todavía ni me he federado ni he participado en ningún triatlón oficial. Claro que los triatlones improvisados, cotidianos, también cuentan, ¿no?: correr, ir a la pisci, coger la bici para subir al trabajo, pasar por una transición-trabajo (Tt) también tiene su misterio. ¿O no?
Bueno, se trataba de centrarme en las cosas positivas. Enumero: el fin de semana pasado, dos buenos rodajes por Parque Polvoranca. Ya lo he contado en otra ocasión: Polvoranca es uno de mis mejores sitios para correr: terreno estupendo, cuestas disimuladas, gran ambiente. Más cosas positivas: la semana pasada terminé con 53 kms de carrera a pie. Volví a ser yo mismo, sin (casi) molestias, con alegría. Más cosas a destacar: ayer corrí 12 kms progresivos que también me dejaron los ánimos bien altos: buenos kilómetros finales sin molestias y con soltura en las piernas (llevaba tiempo sin esa sensación).
Más cosas (más o menos) positivas: hoy he estrenado mi último gadget. Mi Poolmate. Un ordenador de pulsera para la piscina. Cuenta largos, eficiencia, tiempo, brazadas por largo, calorías quemadas, velocidad en segundos/100 metros. En fin, todo un capricho de esos que inventan para sacarle el dinero a la gente deportista moderna. Descontento del todo no estoy con la prueba, me ha clavado los 20 largos que he hecho (500 metros) con pull. Sin embargo, antes había hecho 1000 metros (un poco más, creo) que me ha interpretado como 1175 -no sé, no sé. Por muchos largos que haya hecho de más (y siempre me pasa que, para curarme en salud cuando pierdo la cuenta, hago de más) lo que no puede ser es hacer un número impar de vueltas. ¿No? Bueno, el capítulo Poolmate continuará mañana, que seguiré probándolo.
Más cosas: el domingo, carrera. Una carrera de montaña de 16 kms organizada por la gente esta de Aqueatacamos. A ver qué tal: poca motivación, no por la carrera en sí, sino por madrugar un domingo en una semana que se me está haciendo especialmente durilla. Bueno, ya que hemos pagado (15 euros del ala, cada vez se pasan más con las carreras) habrá que levantarse y correrla.
Lo último por hoy -después de terminar el libro de Junot Díaz, he optado por una novela de intriga-policiaca. The Lemur, de Benjamin Black, un irlandés que escribe sencillito pero bien. En esta, nos hemos ido de Dublín y estamos en Nueva York. Razón de más para que me esté gustando. Al tiempo que Benjamin Black me recuerda lo que me gusta el género policiaco (Simenon, Donna Leon, Ian Rankin), me acuerdo de lo bien que se está en NYC y lo bien que se corre por las orillas del Hudson y de que, algún año de estos, tendré que hacer el Nautica, el triatlón de la ciudad de Nueva York. Bueno, me quedo, aunque es tarde, trabajando un poco y escuchando a Norah Jones. Más NYC.
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