Ayer la amiga Carmen (cuyo blog educativo Cuentos de brujas y otras zarandajas aprovecho para recomendar aquí) me dijo que este blog entra en la categoria deportivo intimista. Y ahora, en plan íntimo, aquí entre yo y la gente que leáis esto en Internet, me pregunto: ¿a quién se le ocurre meterse entre pecho y espalda 12 kms bajo la lluvia en la víspera de una carrera de montaña de 16 kms? Pues a mí; bueno, supongo que a mí y a otros runners piraos. Que somos cantidad.
Sin duda ha merecido la pena; el paseo marítimo para mí solo. El Camino de Ribera para mí solo. Una temperatura perfecta para correr, 9 grados, sin viento. El mar con todos los tonos entre el gris plomo y el verde sucio. Vamos un lujo. Correr así, con buenas sensaciones, con la lluvia cayéndote y sin nadie es uno de esos privilegios que te da esto de la carrera a pie. Otro tema ha sido soltear las balsas de agua que uno se va encontrando al paso. En Almería, cuando llueve (y este invierno está lloviendo como no ha llovido nunca) el concepto charco es algo raro: si llueve no hay charcos; hay balsas de agua. Así, directamente. Un tramo que hagas pegadito a la carretera se convierte en un juego peligroso; una azarosa y húmeda mezcla de farltek y ruleta rusa. Como pase un coche en el momento justo, te duchas. Así, directamente. (Otro día podría hacer una entrada dedicada a las balsas de agua de mi barrio: este Ayuntamiento nuestro se ha gastado un mogollón de miles de euros en arreglar barrios enteros, nos ha tenido meses hundidos en el barro y en el polvo, para que, en cuanto que llueve, apreciemos la nula calidad de las obras; ni una alcantarilla funciona, ninguna calle tiene la inclinación adecuada; todo lo contrario, mi barrio parece una cutre Venecia del Sureste español... En fin).
Bueno, retomo el tema rodaje de hoy: buenas sensaciones; bajo de pulsaciones y un ritmo perfecto (4'55''). Salí con la idea de hacer 8 kms, que tampoco era plan ponerse hecho una sopa, pero según corría he decidido hacer, primero, 10 kms y, finalmente, los 12 de rigor. Para que esta semana, con la carrera de mañana, alcance un total de 40. Pocos kilómetros para estar a 2 meses de la Media Maratón de Málaga. La semana que viene necesito disciplinarme y empezar a meter dos días de velocidad o algo así (ritmo y fartlek, o ritmo y series, o series y fartlek; ya veremos). Dos días de velocidad y más kilometraje.
Bueno, el tema piscina y Poolmate continuó ayer. Hice 1750 metros (1200 a pelo; el resto con pull) con algún atisbo de buenas sensaciones. El Poolmate me funcionó perfectamente en todos los sets menos en el último, donde me dió 2 largos más de la cuenta; creo que porque el capullo de la piscina se dedicó a poner las vallas en el bordillo, estropeándome el tema de las vueltas y obligándome a hacer una pirueta espantosa para girar que, sin duda, espantaría y despistaría al gadget. Y es que las volteretas no han entrado todavía en mi estilo... Creo que ahora toca desafiar la lluvia y acercarse a la piscina. Mañana, la carrera de montaña. Ya os contaré.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario