El diario de un outsider residente en los arrabales del trimundo

lunes, 15 de febrero de 2010

I Carrera de Montaña Ciudad de Almería: pa'habernos matao


Ufff. Desde la placidez que dan los Sigur Ros un lunes por la noche, con la taza de rooibos en la mano, me reafirmo en lo que pensé ayer varias veces: hacer la Carrera de Montaña Ciudad de Almería fue un error. Más que un error, fue una imprudencia. Y mi impresión es que, para gran parte de los participantes, fue la misma imprudencia. Hay una creciente moda deportiva que te va llevando a hacer las cosas más difíciles, las cosas más duras, las cosas más impensables. Y si un club de tu ciudad decide organizar una carrera por el tendido eléctrico de la comarca, pues ahí que nos apuntamos todos, a ver si nos electrocutamos.
Bueno, lo de ayer no fue por el tendido eléctrico, pero fue una pasada de carrera: 15 kms y 800 metros de trepadas en roca viva y de subida por veredas. Algún tramo en pista. Uno piensa que la carrera va a ir por el antiguo camino de Enix, y al final se encuentra lo que se encuentra. Sin el calzado adecuado: hacer lo de ayer con unas Omni 8 es un delito. Un delito para el corredor contra su propia seguridad y contra las pobres zapas. En fin. Y no es cuestión de dificultad o de dureza, que yo me pongo a subir y me echo a las espaldas la Media Maratón del Almanzora o la de la subida al Puerto de la Ragua. Si a mi subir me encanta. Era cuestión de seguridad personal. Porque esto era trepar, subir 578 metros hacia arriba (lo de menos) para luego dejarnos caer a toda hostia por una serie de veredas, barrancos y tramos de roca pulida que te dejaban los depósitos de adrenalina como recién salidos de fábrica. Vamos, pa'habernos matao. Toda la bajada pensando en que me iba a lesionar o, ya puestos, abrirme la cabeza. Que uno ha bajado a toda hostia desde los ibones de Coronas para coger el bus, que uno es runner y triatleta aspirante, que uno ha hecho sus pinitos alpinistas. Pero vamos, matarse por las estribaciones de la Sierra de Gádor, de la manera más tonta posible, cuando no me he matado destrepando el Aragüell, pues tiene su ironía. ¿No? En fin; que yo creo que esta no la vuelvo a correr.
N.B. Bueno, alguna cosa positiva tendré que poner por aquí hoy: las vistas desde esos cerros son impresionantes; el campo está precioso con tanta lluvia y el olor a tomillo al empezar a subir te despejaba las ideas. Por lo demás, terminé el 61, con 1h29'20'', tiempo oficial; un promedio de 5'39''/km y un VO2max de 56. La semana terminó con 40 kms de carrera a pie, 30 kms de bici urbana y 4800 metros de piscina.

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