A punto de terminar el mes de mayo. Ayer terminó una buena semana de entrenamientos, 8 sesiones en total, con los siguientes números y distancias:
Carrera a pie: 4 sesiones (51 kms)
Bici: 3 sesiones (103 kms + 30 kms ciclismo urbano)
Agua: 1 sesión (1600 m)
Bueno, no está mal; lo mejor es que, después de algunas semanas más flojas en carrera a pie, por fin volví a hacer una semana normal de las mías, pasando de 50 kms, con un rodaje largo super gozoso ayer por la tarde. El tema es el de siempre: me encanta correr, no me cuesta hacer bicicleta a nivel principiante, el agua me va espantosamente mal. El gran error de esta semana (y de otras muchas): hago sesiones de lo que me gusta y se me da bien y sólo voy un día a la piscina... La solución está clarísima: meter más tiempo de lo que tengo más flojo y dejarme de historias. De todos modos, hay que procurar ver siempre el vaso medio lleno, más que medio vacío. Y hace no tanto tiempo, me creía algo por correr más de 50 kms a la semana. Ahora, hacer eso y poder meter más sesiones, por cutres que sean, de bici y de piscina, pues... como que son señales de que el vaso debe estar un poquito más lleno que vacío.
Sin duda, para mejorar en bici y, definitivamente, para poder hacer algo en el agua, necesito tomar decisiones de algún tipo: unirme a un club o cosas de ese estilo. Por lo demás, necesito algo de vidilla. Cuando digo eso me refiero a vidilla tipo plantearme alguna fecha definitiva para algo reconfortante y estimulante: ¿la Media Maratón del Puerto de la Ragua el próximo día 13? ¿el Maratón de Málaga en diciembre? ¿cerrar de una vez por todas un compromiso para mi primer sprint en 2011? ¿el Maratón de Boston en 2011 también? No sé. Algo, pero, como digo, necesito vidilla.
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