El diario de un outsider residente en los arrabales del trimundo

viernes, 11 de junio de 2010

Murakami, el viento de Poniente y la maldita pereza


El otro día me terminé el libro de Murakami, 'De qué hablo cuando hablo de correr'. No había leído nada de él y tenía muchas ganas de leerme esta especie de ensayo-libro de memorias-diario de corredor. Mi amiga Mela me lo había recomendado hace unos meses, pero tuve que esperar hasta la edición española. Bueno, desde aquí os recomiendo el libro. Me ha parecido muy estimulante y me ha encantado cómo el autor presenta ese cruce entre su vida diaria normal y su vida deportiva. Cómo, cuando uno se hace corredor y triatleta, eso tiene consecuencias para tus otras vidas y tus otras tareas diarias. Lo que hace Murakami es comparar su vida como novelista con su vida como deportista y nos plantea cómo el deporte le ayuda a ser mejor novelista: las habilidades necesarias como corredor (talento, constancia, resistencia, fuerza de voluntad) son también necesarias para otras esferas de la vida como la escritura (probablemente para la mayoría de ocupaciones, ¿no?). También habla de otras cuestiones que todos los corredores de fondo nos hemos planteado alguna vez: ¿para qué corremos? Para sentirnos en forma, para competir contra nosotros mismos, para demostrarnos cosas a nosotros mismos, para engañar al tiempo... ¿En qué pensamos mientras corremos? ¿Hasta qué punto hacemos cosas que se salen de lo normal?
Me he sentido muy identificado con Murakami, por sus ideas y por su trayectoria: su inicio tardío en el deporte, su falta de habilidad para deportes de coordinación, sus ideas sobre el fondo y el ultrafondo como territorios para conocernos mejor, su entrada natural en el triatlón. La sorpresa ha sido, precisamente, todas las historias que cuenta sobre el triatlón: las dificultades con la bicicleta de carretera (pedales automáticos, tráfico y demás), las dificultades con la natación (hay mucha gente que nada bien pero que es incapaz de enseñar a nadar a los demás), su ritmo anual de maratón en otoño y triatlón en verano... En fin, un libro muy recomendable que tiene mucho que decir a cualquier persona que corra o que se esté planteando correr.
Por lo demás, la disciplina y fuerzas de voluntad de las que habla Murakami están brillando por su ausencia últimamente: corro, nado, ando en bici, pero sin ningún plan ni ningún ritmo. No consigo coger un ritmo regular de entrenamientos. Luego me pongo, me pongo y las cifras no están del todo mal, pero no hay ritmo. La semana pasada terminó así:
Carrera: 4 sesiones (52 kms)
Bici: 1 sesión (38 kms)
Agua:2 sesiones (3200 m)
Habrá quien piense que 7 sesiones en una semana no están mal; habrá quien piense que son pocas. Lo que yo pienso es que estuvieron mal distribuidas en la semana y que me cuesta mucho coger un buen ritmo de entrenamiento: entre el trabajo y la ausencia (todavía) de planes para el verano, me está invadiendo una pereza estupenda. La bajada de temperaturas y el viento de Poniente no están ayudando mucho: esto es junio pero parece otro mes.
Así que esta semana va también mal, mal. Lunes, martes y miércoles me los tomé de descanso. Ayer conseguí tener buenas sensaciones haciendo una tirada de 12 kms. A estas alturas de semana, viernes ya, intentaré recomponerme. Con lo sencillo que hubiera sido apuntarme a la Media Maratón del Puerto de la Ragua para este domingo... Como veis, sigo necesitando vidilla.

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