Modesty never pays. Y como la modestia nunca merece la pena, ahí que me marco yo una de farol total, comparando el entreno del viernes con la ciclogénesis de este fin de semana, ese pedazo de tormenta perfecta que, aquí en Almería, no ha pasado de ser un poniente fuerte de los nuestros. Y debería callarme y no tentar la suerte, que a estas alturas de domingo todavía me queda salir a por el rodaje largo de la semana: no vaya que por ir de bocazas por la vida me encuentre al dios Eolo jodiéndome la marrana a mí y a mis 18 kms. 18 kms que cerrarán un mes un tanto mediocre y muy lluvioso (febrerillo el loco, que dice mi madre) y una semana de buenísimas sensaciones (por fin). Y es que ha sido justo a finales de mes cuando he vuelto a encontrar los ánimos y la chispa que me venían faltando desde hacía tiempo.
Sin duda, meter un quinto día de entrenos esta semana me ha dado mi vidilla. Aunque haya sido a costa de la piscina, que, esta semana, se va a quedar en 1700 metros muy normalitos y muy centrados en el pull. Desde luego, la piscina se merece tomar algún tipo de decisión drástica, ya sea encontrar un entrenador personal o hacer algún tipo de cursillo. Entre la gente de swimsmooth.com y la gente de Total Immersion tengo el corazón partío. Que si alargar la longitud de la brazada y, así, reducir el número de brazadas por largo. Que si aumentar la frecuencia de brazada. Que si el estilo libre más ortodoxo con el recorrido en S de los brazos. Que si ortodoxias las mínimas... En fin, un lío: no sabe uno a quién hacerle caso. A finales de marzo los de TI tienen un taller de dos días en Madrid: he pensado hasta en inscribirme, aunque la verdad que pagar 380 euros del ala, sin tener ninguna garantía de la eficacia y los resultados, pues como que no me termina de convencer.
En cualquier caso, yo lo que quería era darme un poco el e-pisto (toma ya expresión castizo-bloggera) al hilo del entreno del viernes pasado. Eso sí que fue coger el toro por los cuernos: que no nos apetecía fartlek. Que había que meter algo de velocidad esta semana. Que lo mejor era no pensar mucho y dejarse llevar. Pues así, tratando de olvidar las malísimas vibraciones que me están produciendo el trabajo y mis colegas últimamente, así, dejándonos llevar, nos marcamos un rodaje a ritmo en progresión. 12 kms a un promedio de 4'07'' x mil. No está mal: los primeros 6 kms a 4'18''; los últimos 6 kms a 3'56''. Nunca habíamos hecho el recorrido habitual San Miguel-Universidad por debajo de 50': y ahí estuvimos, dando el callo y celebrando la llegada de la tormenta perfecta y la despedida del frío. Y es que (aunque eso es otro tema), en Almería, existe un día en que, de repente, deja de hacer frío en las casas, en los interiores, en la calle; y esa sensación ha llegado esta semana pasada. Pero bueno, tampoco se trata de cargar la entrada esta con más contenidos. Quedémonos en eso: un rodaje de 12 k a 4'07'' da optimismo para las seis semanas que faltan para Málaga.
domingo, 28 de febrero de 2010
jueves, 25 de febrero de 2010
Cogiendo el toro (y el poniente) por los cuernos
Parece que todo va volviendo a su cauce. Después del bajonazo del martes, creo que me siento bien del todo. Sin molestias estomacales, sin cansancio, sin sueño, sin (mucha) pereza, sin restos de la lesión SBIT... En fin: un primor de atleta.
Anoche tocaron 12 kms tranquis. Hoy he decidido coger el toro por los cuernos y, presciendiendo de piscina (la dejo para mañana viernes y para el sábado), he metido una sesión más (la quinta) de carrera en la planificación semanal: media horita que acabo de terminar ahora. Y es que durante el programa de Maradonosti, me daban muy buen resultado esas sesiones de 5-6 kms que aumentaban kilometraje sin ningún esfuerzo. Aunque claro, hoy el esfuerzo de hacer 6 kms se ha incrementado más de la cuenta por el poniente (WSW 40 km/h). Ese poniente que tanto me gusta y que pone el mar tan vistoso y que, algún defecto tendría que tener, te hace comer arena cuando corres al lado de la playa. Bueno, el plan para la semana continúa mañana y pasado (12 k cada día, con algo de velocidad que habrá que improvisar) y el domingo con un rodajito largo (¿16k? no quiero aventurar más). Si todo sigue así terminaré esta semana con 58 kms: ya era hora de empezar a tomarse en serio el tema de Málaga. ¿O no?
La piscina es otro tema: he pasado de encontrar el agua reconfortante y relajante a encontrarla un poco estresante. Una vez que he conseguido hacer metros y más metros no noto demasiada mejora técnica (más bien ninguna) y la ausencia de un plan o de alguien que me sepa aconsejar bien me está acabando por frustrar. Tampoco hay que exagerar las cosas: poquito a poquito iremos mejorando. ¿O no?
Anoche tocaron 12 kms tranquis. Hoy he decidido coger el toro por los cuernos y, presciendiendo de piscina (la dejo para mañana viernes y para el sábado), he metido una sesión más (la quinta) de carrera en la planificación semanal: media horita que acabo de terminar ahora. Y es que durante el programa de Maradonosti, me daban muy buen resultado esas sesiones de 5-6 kms que aumentaban kilometraje sin ningún esfuerzo. Aunque claro, hoy el esfuerzo de hacer 6 kms se ha incrementado más de la cuenta por el poniente (WSW 40 km/h). Ese poniente que tanto me gusta y que pone el mar tan vistoso y que, algún defecto tendría que tener, te hace comer arena cuando corres al lado de la playa. Bueno, el plan para la semana continúa mañana y pasado (12 k cada día, con algo de velocidad que habrá que improvisar) y el domingo con un rodajito largo (¿16k? no quiero aventurar más). Si todo sigue así terminaré esta semana con 58 kms: ya era hora de empezar a tomarse en serio el tema de Málaga. ¿O no?
La piscina es otro tema: he pasado de encontrar el agua reconfortante y relajante a encontrarla un poco estresante. Una vez que he conseguido hacer metros y más metros no noto demasiada mejora técnica (más bien ninguna) y la ausencia de un plan o de alguien que me sepa aconsejar bien me está acabando por frustrar. Tampoco hay que exagerar las cosas: poquito a poquito iremos mejorando. ¿O no?
miércoles, 24 de febrero de 2010
Escuchando al cuerpo: de bajón
La semana pasada terminó estupendamente: 51 kms de carrera a pie; tampoco es una distancia para tirar cohetes, pero ahí estuve con mi pirámide de fartlek y un rodaje a ritmo (a 4'32' el mil, creo que salió). Ahí estuve con un rodaje un poquito más largo, de 15 kms. Ahí estuve con un par de sesiones de piscina: 3100 metros en total. Tal como digo, nada para tirar cohetes, pero conseguí ahuyentar un principio de catarro.
Pues bien, esta semana la cosa va de bajón. Entre tanta lluvia, tanto día gris, tanto viento, tanta humedad, al final el catarro o virus de las 24 horas o lo que fuera me dejó ayer KO total. El lunes me había tomado el día de descanso completo -me fui andando a la escuela, me pasé la tarde haciendo exámenes orales y cogí tanto frío de estar sentado que, al volver a casa, opté por cenar apoyado contra el radiador. Así, como suena.
Ayer martes me levanté como pude a desayunar y, a mitad del desayuno, me fui al sofá a seguir durmiendo. Me encontraba fatal. Fatal y sin ganas de comer, cosa que, en mí, roza lo paranormal. Bueno, pasé la tarde haciendo más exámenes orales y me fui entonando. Parece que hoy me encuentro mejor; bien, diría yo. No creo que deba darle más importancia pero supongo que los últimos meses y los distintos frentes familiares no me están ayudando mucho a descansar y a estar relajado. Creo que, con proyectos de actividad física exigentes, el descanso es imprescindible. Así que me propongo, a partir de ahora, ser exigente en cuanto a la cantidad y calidad de mi descanso -propósito de enmienda: dormir bien al menos 8 horas todos los días. Espero.
Pues bien, esta semana la cosa va de bajón. Entre tanta lluvia, tanto día gris, tanto viento, tanta humedad, al final el catarro o virus de las 24 horas o lo que fuera me dejó ayer KO total. El lunes me había tomado el día de descanso completo -me fui andando a la escuela, me pasé la tarde haciendo exámenes orales y cogí tanto frío de estar sentado que, al volver a casa, opté por cenar apoyado contra el radiador. Así, como suena.
Ayer martes me levanté como pude a desayunar y, a mitad del desayuno, me fui al sofá a seguir durmiendo. Me encontraba fatal. Fatal y sin ganas de comer, cosa que, en mí, roza lo paranormal. Bueno, pasé la tarde haciendo más exámenes orales y me fui entonando. Parece que hoy me encuentro mejor; bien, diría yo. No creo que deba darle más importancia pero supongo que los últimos meses y los distintos frentes familiares no me están ayudando mucho a descansar y a estar relajado. Creo que, con proyectos de actividad física exigentes, el descanso es imprescindible. Así que me propongo, a partir de ahora, ser exigente en cuanto a la cantidad y calidad de mi descanso -propósito de enmienda: dormir bien al menos 8 horas todos los días. Espero.
jueves, 18 de febrero de 2010
Primera pirámide de fartlek: empieza el camino hacia la Media de Málaga
Anoche se inauguraron oficialmente los entrenos específicos para la Media de Málaga. Después de un día sin ganas de nada, con tanta lluvia y tanto mal tiempo y tanto viento y tanto invierno, es difícil afrontar un entreno exigente. La mejor manera de hacerlo es coger el toro por los cuernos y obligarse: ni viento ni historias -no valen excusas. (Por cierto, cúanto estoy echando de menos estos días la disciplina de las 16 semanas de preparación para Maradonosti: sin fallar un entreno, por duro que fuese, por cansado que estuviera, con ilusión).
Pues ahí que nos plantamos Simón y yo delante de una pirámide de fartlek de esas que te quitan las tonterías. 12 kms a un promedio de 4'34'', con recuperaciones trotonas lentas y con 1'-2'-3'-4'-5'-4'-3'-2'-1' a ritmos tolerables pero garbosos (3'45''-4' al mil o así). El poniente, que nos tocó de vuelta, puso su nota de color y de dificultad en el asunto. Bueno, pues eso: por lo menos está dado el primer paso serio para Málaga. Queda 1 mes y 3 semanas para intentar hacer una buena marca.
lunes, 15 de febrero de 2010
I Carrera de Montaña Ciudad de Almería: pa'habernos matao
Ufff. Desde la placidez que dan los Sigur Ros un lunes por la noche, con la taza de rooibos en la mano, me reafirmo en lo que pensé ayer varias veces: hacer la Carrera de Montaña Ciudad de Almería fue un error. Más que un error, fue una imprudencia. Y mi impresión es que, para gran parte de los participantes, fue la misma imprudencia. Hay una creciente moda deportiva que te va llevando a hacer las cosas más difíciles, las cosas más duras, las cosas más impensables. Y si un club de tu ciudad decide organizar una carrera por el tendido eléctrico de la comarca, pues ahí que nos apuntamos todos, a ver si nos electrocutamos.
Bueno, lo de ayer no fue por el tendido eléctrico, pero fue una pasada de carrera: 15 kms y 800 metros de trepadas en roca viva y de subida por veredas. Algún tramo en pista. Uno piensa que la carrera va a ir por el antiguo camino de Enix, y al final se encuentra lo que se encuentra. Sin el calzado adecuado: hacer lo de ayer con unas Omni 8 es un delito. Un delito para el corredor contra su propia seguridad y contra las pobres zapas. En fin. Y no es cuestión de dificultad o de dureza, que yo me pongo a subir y me echo a las espaldas la Media Maratón del Almanzora o la de la subida al Puerto de la Ragua. Si a mi subir me encanta. Era cuestión de seguridad personal. Porque esto era trepar, subir 578 metros hacia arriba (lo de menos) para luego dejarnos caer a toda hostia por una serie de veredas, barrancos y tramos de roca pulida que te dejaban los depósitos de adrenalina como recién salidos de fábrica. Vamos, pa'habernos matao. Toda la bajada pensando en que me iba a lesionar o, ya puestos, abrirme la cabeza. Que uno ha bajado a toda hostia desde los ibones de Coronas para coger el bus, que uno es runner y triatleta aspirante, que uno ha hecho sus pinitos alpinistas. Pero vamos, matarse por las estribaciones de la Sierra de Gádor, de la manera más tonta posible, cuando no me he matado destrepando el Aragüell, pues tiene su ironía. ¿No? En fin; que yo creo que esta no la vuelvo a correr.
N.B. Bueno, alguna cosa positiva tendré que poner por aquí hoy: las vistas desde esos cerros son impresionantes; el campo está precioso con tanta lluvia y el olor a tomillo al empezar a subir te despejaba las ideas. Por lo demás, terminé el 61, con 1h29'20'', tiempo oficial; un promedio de 5'39''/km y un VO2max de 56. La semana terminó con 40 kms de carrera a pie, 30 kms de bici urbana y 4800 metros de piscina.
sábado, 13 de febrero de 2010
Un blog deportivo intimista (gracias, Carmen)
Ayer la amiga Carmen (cuyo blog educativo Cuentos de brujas y otras zarandajas aprovecho para recomendar aquí) me dijo que este blog entra en la categoria deportivo intimista. Y ahora, en plan íntimo, aquí entre yo y la gente que leáis esto en Internet, me pregunto: ¿a quién se le ocurre meterse entre pecho y espalda 12 kms bajo la lluvia en la víspera de una carrera de montaña de 16 kms? Pues a mí; bueno, supongo que a mí y a otros runners piraos. Que somos cantidad.
Sin duda ha merecido la pena; el paseo marítimo para mí solo. El Camino de Ribera para mí solo. Una temperatura perfecta para correr, 9 grados, sin viento. El mar con todos los tonos entre el gris plomo y el verde sucio. Vamos un lujo. Correr así, con buenas sensaciones, con la lluvia cayéndote y sin nadie es uno de esos privilegios que te da esto de la carrera a pie. Otro tema ha sido soltear las balsas de agua que uno se va encontrando al paso. En Almería, cuando llueve (y este invierno está lloviendo como no ha llovido nunca) el concepto charco es algo raro: si llueve no hay charcos; hay balsas de agua. Así, directamente. Un tramo que hagas pegadito a la carretera se convierte en un juego peligroso; una azarosa y húmeda mezcla de farltek y ruleta rusa. Como pase un coche en el momento justo, te duchas. Así, directamente. (Otro día podría hacer una entrada dedicada a las balsas de agua de mi barrio: este Ayuntamiento nuestro se ha gastado un mogollón de miles de euros en arreglar barrios enteros, nos ha tenido meses hundidos en el barro y en el polvo, para que, en cuanto que llueve, apreciemos la nula calidad de las obras; ni una alcantarilla funciona, ninguna calle tiene la inclinación adecuada; todo lo contrario, mi barrio parece una cutre Venecia del Sureste español... En fin).
Bueno, retomo el tema rodaje de hoy: buenas sensaciones; bajo de pulsaciones y un ritmo perfecto (4'55''). Salí con la idea de hacer 8 kms, que tampoco era plan ponerse hecho una sopa, pero según corría he decidido hacer, primero, 10 kms y, finalmente, los 12 de rigor. Para que esta semana, con la carrera de mañana, alcance un total de 40. Pocos kilómetros para estar a 2 meses de la Media Maratón de Málaga. La semana que viene necesito disciplinarme y empezar a meter dos días de velocidad o algo así (ritmo y fartlek, o ritmo y series, o series y fartlek; ya veremos). Dos días de velocidad y más kilometraje.
Bueno, el tema piscina y Poolmate continuó ayer. Hice 1750 metros (1200 a pelo; el resto con pull) con algún atisbo de buenas sensaciones. El Poolmate me funcionó perfectamente en todos los sets menos en el último, donde me dió 2 largos más de la cuenta; creo que porque el capullo de la piscina se dedicó a poner las vallas en el bordillo, estropeándome el tema de las vueltas y obligándome a hacer una pirueta espantosa para girar que, sin duda, espantaría y despistaría al gadget. Y es que las volteretas no han entrado todavía en mi estilo... Creo que ahora toca desafiar la lluvia y acercarse a la piscina. Mañana, la carrera de montaña. Ya os contaré.
Sin duda ha merecido la pena; el paseo marítimo para mí solo. El Camino de Ribera para mí solo. Una temperatura perfecta para correr, 9 grados, sin viento. El mar con todos los tonos entre el gris plomo y el verde sucio. Vamos un lujo. Correr así, con buenas sensaciones, con la lluvia cayéndote y sin nadie es uno de esos privilegios que te da esto de la carrera a pie. Otro tema ha sido soltear las balsas de agua que uno se va encontrando al paso. En Almería, cuando llueve (y este invierno está lloviendo como no ha llovido nunca) el concepto charco es algo raro: si llueve no hay charcos; hay balsas de agua. Así, directamente. Un tramo que hagas pegadito a la carretera se convierte en un juego peligroso; una azarosa y húmeda mezcla de farltek y ruleta rusa. Como pase un coche en el momento justo, te duchas. Así, directamente. (Otro día podría hacer una entrada dedicada a las balsas de agua de mi barrio: este Ayuntamiento nuestro se ha gastado un mogollón de miles de euros en arreglar barrios enteros, nos ha tenido meses hundidos en el barro y en el polvo, para que, en cuanto que llueve, apreciemos la nula calidad de las obras; ni una alcantarilla funciona, ninguna calle tiene la inclinación adecuada; todo lo contrario, mi barrio parece una cutre Venecia del Sureste español... En fin).
Bueno, retomo el tema rodaje de hoy: buenas sensaciones; bajo de pulsaciones y un ritmo perfecto (4'55''). Salí con la idea de hacer 8 kms, que tampoco era plan ponerse hecho una sopa, pero según corría he decidido hacer, primero, 10 kms y, finalmente, los 12 de rigor. Para que esta semana, con la carrera de mañana, alcance un total de 40. Pocos kilómetros para estar a 2 meses de la Media Maratón de Málaga. La semana que viene necesito disciplinarme y empezar a meter dos días de velocidad o algo así (ritmo y fartlek, o ritmo y series, o series y fartlek; ya veremos). Dos días de velocidad y más kilometraje.
Bueno, el tema piscina y Poolmate continuó ayer. Hice 1750 metros (1200 a pelo; el resto con pull) con algún atisbo de buenas sensaciones. El Poolmate me funcionó perfectamente en todos los sets menos en el último, donde me dió 2 largos más de la cuenta; creo que porque el capullo de la piscina se dedicó a poner las vallas en el bordillo, estropeándome el tema de las vueltas y obligándome a hacer una pirueta espantosa para girar que, sin duda, espantaría y despistaría al gadget. Y es que las volteretas no han entrado todavía en mi estilo... Creo que ahora toca desafiar la lluvia y acercarse a la piscina. Mañana, la carrera de montaña. Ya os contaré.
jueves, 11 de febrero de 2010
Una carrera de montaña, una novela policiaca, otra semana perezosa y mi Poolmate
Casi una semana sin actualizar el blog. Con el trabajo, los viajes y la pereza se complica uno la vida mucho -el triatleta debería disponer de un horario especial en el trabajo para poder entrenar con más calma y con más tiempo y sin ningún tipo de estrés. Claro que, con la pereza que me está invadiendo este último mes de invierno, no creo que me sirviera de mucho tener más tiempo libre. No es que me encuentre hoy muy optimista. El caso es que en mi Yogi Tea de hoy, una infusión de gingseng que tomo a veces, me ha salido un mensaje super inspirador: Share your strengths, not your weaknesses. Comparte tus fortalezas, no tus debilidades. Así que me centraré en mis puntos positivos y dejaré para otro momento mis puntos flojos. Puntos flojos como mi batida de piernas en la piscina o el hecho de que, tanto triatleta tanto triatleta, y todavía ni me he federado ni he participado en ningún triatlón oficial. Claro que los triatlones improvisados, cotidianos, también cuentan, ¿no?: correr, ir a la pisci, coger la bici para subir al trabajo, pasar por una transición-trabajo (Tt) también tiene su misterio. ¿O no?
Bueno, se trataba de centrarme en las cosas positivas. Enumero: el fin de semana pasado, dos buenos rodajes por Parque Polvoranca. Ya lo he contado en otra ocasión: Polvoranca es uno de mis mejores sitios para correr: terreno estupendo, cuestas disimuladas, gran ambiente. Más cosas positivas: la semana pasada terminé con 53 kms de carrera a pie. Volví a ser yo mismo, sin (casi) molestias, con alegría. Más cosas a destacar: ayer corrí 12 kms progresivos que también me dejaron los ánimos bien altos: buenos kilómetros finales sin molestias y con soltura en las piernas (llevaba tiempo sin esa sensación).
Más cosas (más o menos) positivas: hoy he estrenado mi último gadget. Mi Poolmate. Un ordenador de pulsera para la piscina. Cuenta largos, eficiencia, tiempo, brazadas por largo, calorías quemadas, velocidad en segundos/100 metros. En fin, todo un capricho de esos que inventan para sacarle el dinero a la gente deportista moderna. Descontento del todo no estoy con la prueba, me ha clavado los 20 largos que he hecho (500 metros) con pull. Sin embargo, antes había hecho 1000 metros (un poco más, creo) que me ha interpretado como 1175 -no sé, no sé. Por muchos largos que haya hecho de más (y siempre me pasa que, para curarme en salud cuando pierdo la cuenta, hago de más) lo que no puede ser es hacer un número impar de vueltas. ¿No? Bueno, el capítulo Poolmate continuará mañana, que seguiré probándolo.
Más cosas: el domingo, carrera. Una carrera de montaña de 16 kms organizada por la gente esta de Aqueatacamos. A ver qué tal: poca motivación, no por la carrera en sí, sino por madrugar un domingo en una semana que se me está haciendo especialmente durilla. Bueno, ya que hemos pagado (15 euros del ala, cada vez se pasan más con las carreras) habrá que levantarse y correrla.
Lo último por hoy -después de terminar el libro de Junot Díaz, he optado por una novela de intriga-policiaca. The Lemur, de Benjamin Black, un irlandés que escribe sencillito pero bien. En esta, nos hemos ido de Dublín y estamos en Nueva York. Razón de más para que me esté gustando. Al tiempo que Benjamin Black me recuerda lo que me gusta el género policiaco (Simenon, Donna Leon, Ian Rankin), me acuerdo de lo bien que se está en NYC y lo bien que se corre por las orillas del Hudson y de que, algún año de estos, tendré que hacer el Nautica, el triatlón de la ciudad de Nueva York. Bueno, me quedo, aunque es tarde, trabajando un poco y escuchando a Norah Jones. Más NYC.
Bueno, se trataba de centrarme en las cosas positivas. Enumero: el fin de semana pasado, dos buenos rodajes por Parque Polvoranca. Ya lo he contado en otra ocasión: Polvoranca es uno de mis mejores sitios para correr: terreno estupendo, cuestas disimuladas, gran ambiente. Más cosas positivas: la semana pasada terminé con 53 kms de carrera a pie. Volví a ser yo mismo, sin (casi) molestias, con alegría. Más cosas a destacar: ayer corrí 12 kms progresivos que también me dejaron los ánimos bien altos: buenos kilómetros finales sin molestias y con soltura en las piernas (llevaba tiempo sin esa sensación).
Más cosas (más o menos) positivas: hoy he estrenado mi último gadget. Mi Poolmate. Un ordenador de pulsera para la piscina. Cuenta largos, eficiencia, tiempo, brazadas por largo, calorías quemadas, velocidad en segundos/100 metros. En fin, todo un capricho de esos que inventan para sacarle el dinero a la gente deportista moderna. Descontento del todo no estoy con la prueba, me ha clavado los 20 largos que he hecho (500 metros) con pull. Sin embargo, antes había hecho 1000 metros (un poco más, creo) que me ha interpretado como 1175 -no sé, no sé. Por muchos largos que haya hecho de más (y siempre me pasa que, para curarme en salud cuando pierdo la cuenta, hago de más) lo que no puede ser es hacer un número impar de vueltas. ¿No? Bueno, el capítulo Poolmate continuará mañana, que seguiré probándolo.
Más cosas: el domingo, carrera. Una carrera de montaña de 16 kms organizada por la gente esta de Aqueatacamos. A ver qué tal: poca motivación, no por la carrera en sí, sino por madrugar un domingo en una semana que se me está haciendo especialmente durilla. Bueno, ya que hemos pagado (15 euros del ala, cada vez se pasan más con las carreras) habrá que levantarse y correrla.
Lo último por hoy -después de terminar el libro de Junot Díaz, he optado por una novela de intriga-policiaca. The Lemur, de Benjamin Black, un irlandés que escribe sencillito pero bien. En esta, nos hemos ido de Dublín y estamos en Nueva York. Razón de más para que me esté gustando. Al tiempo que Benjamin Black me recuerda lo que me gusta el género policiaco (Simenon, Donna Leon, Ian Rankin), me acuerdo de lo bien que se está en NYC y lo bien que se corre por las orillas del Hudson y de que, algún año de estos, tendré que hacer el Nautica, el triatlón de la ciudad de Nueva York. Bueno, me quedo, aunque es tarde, trabajando un poco y escuchando a Norah Jones. Más NYC.
viernes, 5 de febrero de 2010
Semana perezosa y un gadget nuevo en la familia
Después de la Media de Almería, he tenido una semana perezosa. Me encuentro lento. El trabajo tampoco ha ayudado mucho: qué difícil se hace a veces compatibilizar entrenos serios y trabajo; entrenos y el resto de la vida... Bueno: en resumen, una semana aburrida en lo deportivo (en lo social, destaco la quedada-tapeo del lunes noche). Lunes y martes, descanso. Miércoles, piscina por la mañana (1500 metros nada especiales, con la confirmación de algo que ya sabía: mi problema ahora mismo es la batida de piernas; a esa conclusión llegué cuando hice 25 patéticos metros con tabla; a esa conclusión llego cuando trabajo con pull y no muevo nada las piernas y veo que realmente avanzo rápido, más rápido que sin pull), y 12 kms lentorros por la noche (a 5' o por ahí). Ayer, fuera de combate: la lluvia de por la mañana me quitó las ganas de triatlonear, así que día en blanco. Hoy, por fin viernes, día con algo de chispa: un sol espléndido, un mar picado precioso, un poniente flojo. Acabo de volver de hacer 14 kms con buenas sensaciones: menos lento que el otro día y disfrutando (sobre todo del sol). Por cierto, la lesión sigue sin volver a molestar. Sigo cruzando los dedos.
Poco más; como esta semana he tenido un ataque de "padritis", mañana me voy a ver a mis padres. No vuelvo hasta el lunes, así que me tengo que conformar esta semana con un solo día de piscina y, eso sí, mañana y pasado me espera el parque Polvoranca para correr.
Seguimos la semana que viene; ya os contaré mi última novedad, mi último gadget. Hoy me ha llegado el Poolmate, un reloj de piscina que cuenta automáticamente las vueltas y la eficiencia y las brazadas y no sé cuántas cosas más. Como todavía no lo he probado, la semana que viene contaré más. Por gadgets que no quede la cosa. Que paséis buen fin de semana.
Poco más; como esta semana he tenido un ataque de "padritis", mañana me voy a ver a mis padres. No vuelvo hasta el lunes, así que me tengo que conformar esta semana con un solo día de piscina y, eso sí, mañana y pasado me espera el parque Polvoranca para correr.
Seguimos la semana que viene; ya os contaré mi última novedad, mi último gadget. Hoy me ha llegado el Poolmate, un reloj de piscina que cuenta automáticamente las vueltas y la eficiencia y las brazadas y no sé cuántas cosas más. Como todavía no lo he probado, la semana que viene contaré más. Por gadgets que no quede la cosa. Que paséis buen fin de semana.
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