Lo bueno de preparar un triatlón sprint, al menos lo bueno de preparárselo como yo lo hago (my way, estilo Frank Sinatra), es que uno hace lo que le da la real gana. Comparado con la férrea disciplina de un plan cerrado estilo 'preparación de un maratón sub 3h15'', esto es un paseo. Tampoco es eso: en los últimos 30 días, según mi cuenta de Movescount, llevo la friolera de 33 horas y 50 minutos de entrenamientos. No está mal. Lo que quiero decir es que uno tiene tanto en lo que mejorar, tanto con lo que disfrutar, que uno puede hacer todo el rato lo que le da la gana. Que si abdominales, que si pesas, que si piscina, que si nadar en el mar, que si correr, que si correr en serio, que si coger la bici, que si coger la MTB y aprovechar la cuesta de Pablo Iglesias para hacerse la ilusión de que la bici urbana es también entrenamiento. Menos mal que no me ha dado por incluir todos estos minutos de abdos, bici urbana y patochadas varias en Movescount -si no ya me habrían llamado desde las oficinas de Suunto para quejarse por mi hiperactividad... Pues eso: como todos los planes de preparación de sprint que veo son como para principiantes absolutos, llevo meses haciendo lo que me pide el cuerpo. Y a veces da miedo lo que pide el cuerpo, no penséis.
Supongo que quien prepare un sprint para bajar de determinados tiempos, estará haciendo entrenamiento super específico. Yo, de momento, no puedo aspirar más que a terminarlo con dignidad, a seguir construyendo la base y, como mucho, a cuidar muy mucho mi nivel en carrera a pie. Debería meter más bici, sin duda; debería aprender a ir más deprisa en la bici, sin duda. Debería aprender, de una vez por todas, a sufrir en el agua: mi gran defecto es que me sigo tomando la natación como un ejercicio de terapia muscular. Vistas así las cosas no es de extrañar que mis últimos logros sean 57 kms en bici a 26 km/h ayer (subida a los Úbeda desde Almería, en una tarde de calor más veraniego que primaveral: gracias Carlos por aguantar mi cháchara y por demostrarme que no hay nada mejor que una salida en bici en una tarde entre semana) y la sesión de piscina de hoy. Y es que hoy he decidido vencer a la pereza que me invadía, he comido pronto, he tirado con todos los trastos para la piscina y he hecho una sesión muy digna antes de trabajar. 1600 metros en total: que si aletas, que si técnica variada, que si tabla, que si triceps. En fin, todo un pro parezco cuando desembarco con mi entrenamiento plastificado y mis aperos al borde de la calle... Mucha apariencia pro y luego me marco 700 metros seguidos (alternando cienes normales y rápidos) en 16 minutos. Para pegarme una paliza...
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