Ya estamos en mayo -abril se fue, con un total de 29 horas de entrenamiento en Movescount (sin contar el tiempo dedicado a estiramientos, pesas y abdominales, que, no sé por qué, nunca almaceno en mi perfil de Suunto). 29 horas que dieron para 23.700 metros de agua y 186 kms de carrera a pie. La bici de carretera, ni tocarla -así que sólo he hecho kilómetros en MTB para moverme al trabajo o para ir a la piscina de la Universidad. Tampoco almaceno esos tiempos de bici en Movescount -sería un poco ridículo, ¿no?
A la vista de los datos, abril ha sido un mes bastante mediocre. Tranquilico, más bien. Que si el tapering para la Media de Málaga. Que si el sabor agridulce de la Media de Málaga. Que si el descanso post Málaga. Que si la Semana Santa en Madrid... En fin, nada demasiado especial. En el agua, he seguido consolidando algo la bajada de brazadas y rebajando ligerísimamente los tiempos. En general, la sensación de que me queda mucho todavía. Mucho para tan poco tiempo. Y es que en el agua, hay días que tengo sensaciones de haber modificado la técnica, sensaciones de deslizar, sensaciones de coger agua y moverme. Otros días, sin embargo, tengo la sensación de nadar como lo hacía hace un par de años. Eso es lo que me define en la piscina últimamente: altos y bajos. Ahora hago largos a 23 brazadas. Ahora subo otra vez a 32. Depende del día; depende de cómo esté de relajado. Cuando menos me lo espero, salta la liebre y todo empieza a encajar. Supongo que es la progresión normal en natación para un pingüino como yo.
Así las cosas, a un mes y 17 días del sprint de Almería, tengo que darle caña a dos cosas básicamente: bici y natación en el mar. Ahora debería estar en la carretera estrenando mi nuevo sillín Selle Italia. O si no, en la playa del Zapillo, con el neopreno puesto. El tiempo ha estropeado un poco los planes. Ha salido un día super gris, con bastante lluvia y con su poquito de poniente (WSW del típico almeriense) -de hecho hasta hace media hora estábamos en alerta naranja por viento y fenómenos costeros. Así que, aquí me tenéis, haciendo triatlón de salón y revisando predicciones meteorológicas a ver si esta tarde puedo hacerme unos metros en el mar. Parece difícil.
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