Ya estamos en septiembre: poco que contar desde la última entrada... Poco o mucho, según se vea. Ayer día 1 inauguré una etapa laboral nueva; después de 8 años, vuelvo a la enseñanza pura y dura, al "mundo real", según lo han calificado mis nuevos compis. Tarde movidita, de exámenes -lo he pasado bien reencontrándome con gente y con cosas que no hacía desde hacía años. He conseguido un sitio para mi bici, cosa que me preocupaba: ¿qué hago yo sin un sitio donde guardar la bici en el curro?
Por lo demás, como trabajo de tarde, llegué a casa a las diez de la noche. Me tocaban 10 kms tempo; sin pensarlo mucho (¿para qué pensar más de la cuenta?) tiro para el paseo marítimo y, aprovechando que el viento ha cambiado por fin a poniente y que la temperatura ha bajado a 26 grados, me marco una sesión garbosa; cuando miro el Suunto me doy cuenta de que voy a un promedio de 4'13'' x km. El cambio de temperatura me ha puesto de buen humor, así que decido seguir así en la vuelta y al final termino 10 kms largos a 4'12''. Al final, estiro con mucho placer, me ducho, termino de cenar a las 12 de la noche (!!) y me relamo de orgullo runner. Reflexiono sobre el hecho de que una preparación de estas a saco consiste en eso, en no perdonar ni un día, aunque se haya hecho tarde, aunque estés cansado. Hace tiempo aprendí que el cansancio laboral o mental no tienen por qué impedirte salir a entrenar sino todo lo contrario -ahí sigo, en mis trece y contento de ese ritmo de 4'12''. Espero seguir así de centrado.
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bueno, bueno que meritazo a las 10 de la noche, yo pensaba que ibas a pasar a corredor de mañana
ResponderEliminarPues yo también lo pensaba Carmen -pero todo se andará. Con el calor que sigue haciendo me da tremenda pereza levantarme temprano...
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