El diario de un outsider residente en los arrabales del trimundo

lunes, 7 de marzo de 2011

III Trail Cabo de Gata Níjar: la crónica o la soledad era esto

Pues ya pasó la traca final de la semana pasada. Pasó el rito personal de la entrada de la primavera. Pasó ese pedazo de madrugón en domingo -suena el despertador a las 6.15 y uno se vuelve a preguntar, otra vez, por qué hacemos esto. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Qué buscamos con todo esto? Y después se mete entre pecho y espalda una carrera de 29,200 kms (por fin creo que los Aqueatacamos logran medir bien una carrera). Y claro, en las 2h10'44'' que tardé en hacerlos, me dio tiempo a pensar y repensar posibles respuestas a esas y a otras preguntas. Con poco éxito lo de encontrar respuestas, pero darle a la cabeza sí le di. Porque, como me pasa muchas veces, hice casi toda la carrera solo, un poco entre pinto y valdemoro, entre dos aguas. Como a mí me gusta -entre el grupo de los buenos de verdad y el grupo de los no tan buenos. Entre dos tierras: entre runner y triatleta. Solo: la soledad del corredor de fondo. La soledad que te permite constatar que aquí estás otro año más, y ya van tres: con las varicas de San José florecidas y el campo de un verde imposible para la zona desértica en que estamos. Un campo precioso. Un recorrido bien escogido que este año tenía un premio: una subida a un pedazo de cerro-mirador desde donde se contemplaba todo el Campo del Cortijo del Fraile. Ecos de Bodas de Sangre, ecos literarios, ecos de tragedia. Y uno corriendo por ahí; entre veredas, pistas y muy poquito asfalto (como dije el año pasado: bendito asfalto). Entre pitas, chumberas, pedregales y ramblas... Y venga a darle a la cabeza. Reflexionando sobre temas interesantes: el negocio en que se ha convertido esto de las carreras (30 euritos del ala la inscripción a este trail -echen ustedes cuentas, si escuché que había más de mil participantes, salen unos pingües beneficios). Más temas interesantes: relacionado con lo anterior, el auge de la actividad física en España desde hace unos poquitos años-todo el mundo quiere correr en este país. Da gusto. Incluso los senderistas que iba pasando desde la mitad del recorrido hacían sus amagos y pinitos -parece que ya un senderista no se conforma con andar... Esto me lleva a otra reflexión: tampoco los corredores nos conformamos con correr, ahora hacemos todos triatlón: venga monos de triatlón en este trail (y en cualquier carrera), venga equipaciones de clubes de triatlón, venga conversación tri por todos lados. Cuando se nos acaben las fronteras del triatlón, ¿qué querremos hacer? Menos mal que hay frontera para rato en ese territorio.
Bueno, pues por el territorio del Parque Natural de Cabo de Gata Níjar iba yo haciéndome todas estas preguntas y pajas mentales, y en esas estábamos (que es un poco como decir "la del alba sería"), cuando por fin se acabó la rambla arenosa esa tan engorrosa y me di cuenta de que iba haciendo un buen promedio. 21 kms de nada a 4'34'' de media. Faltan ocho: decido tomarme un gel de glucosa que, no como en los maratones (en que no noto efecto ninguno), me sienta estupendamente. Voy como un tiro. Comienzo a adelantar gente. Sigo. El Pozo de los Frailes. Esto está hecho. Camino de San José. Voy a  más: voy bajando promedio. Los repechos matadores de los últimos 4 kilómetros y meta. Un acento cordobés me dice que voy con mucha fasilidad. Un poco por cortesía le digo que no tanto, y, por darle la razón, acelero. Entro en San José y a meta... 2 horas 10'44'', a un promedio de 4'29'' el kilómetro. 7º de mi categoría y 33º de la general. Ah, se me olvidaban los 407 metros de desnivel positivo y 486 de desnivel negativo. No está mal. Buena entrada en la primavera (con un gélido aire de levante, por cierto) y un inmejorable entrenamiento de cara a la Media de Málaga. Eso sí: hoy tengo unas agujetas en los cuadriceps, isquios y gluteos que para mí se quedan. Así han ido hoy el entrenamiento con monitor en la piscina y la subida en bici al trabajo. I need a break.

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