El diario de un outsider residente en los arrabales del trimundo

martes, 12 de junio de 2012

VII Triatlón Ciudad de Almería: ¿la crónica de una confirmación?

 La gente discute si el triatlón se ha convertido en una gran fiesta o en un gran circo. El domingo pasado, los 500 triatletas, aprendices de triatleta y aspirantes variados que nos dimos cita en El Toyo fuimos la prueba palpable de que algo grande está pasando en la popularización definitiva del triatlón en nuestro país. Puntos positivos, muchos: gran ambiente, mucho entusiasmo, mucha gente realizando su primer triatlón. Puntos negativos: muchos también -me temo que la mezcla de negocio y masificación está dando lugar a pequeños problemas en las competiciones para los que el triatlón no está ideado. Ojo, que no es culpa sólo de las organizaciones de las pruebas; creo que la fiebre está que nos ha entrado a muchos en el mundo occidental viene a tambalear de alguna manera el planteamiento y los cimientos del deporte en sí. Así, recorridos de bici a varias vueltas en los que cohabitan verdaderas máquinas del triatlón con abundantes triatletas del montón y con, incluso, bicicletas de montaña tienen como resultado caídas como las que se produjeron el domingo pasado. Otro tema que vengo observando: por fomentar la participación y favorecer a los deportistas de otras povincias,  las pruebas se colocan a unas horas que se escapan de toda lógica deportiva: el domingo volvimos a terminar la carrera a pie pasadas la una de la tarde. Otra cuestión más: falta de agua en la segunda vuelta a pie. Con la que estaba cayendo... Insisto que esto no es atacar a la organización de este triatlón; en absoluto -lo que vengo a decir es que, viendo estos pequeños detalles que se repiten en todos los triatlones en los que estoy participando este año,  quizás el modelo organizativo de carreras populares que tan bien viene funcionado en carrera a pie no sea trasladable 100 por 100 al triatlón. Y lo dice un eterno aprendiz que se incluye, sin duda, en el grupo que ha venido a masificar el tema. No me siento un estorbo, pero sí parte del problema.
En todo caso, no quería meterme yo en estos berenjenales tan complicados. Lo que quería compartir es que disfruté mucho mi sexto triatlón -el Tri de Almería vino a suponer una especie de confirmación en esta historia en que me he embarcado. Ahora hace justo un año de mi estreno también en Almería y, aunque no me noto ni mucho más rápido ni mucho más fuerte ni mucho más de hierro, me noto que disfruto mucho más y que he cogido una relativa soltura en el funcionamiento de las pruebas y los entrenos de triatlón. Un año en que, de alguna manera, me he reconvertido -he dejado mis viejas aspiraciones de seguir corriendo cuatro días a la semana porque yo soy runner, y he seguido intentando mejorar en bici y en el agua. Con meses de reconversión a mis espaldas me planté en El Toyo sin apenas nervios y dispuesto a disfrutar -ese era mi mantra: disfruta, disfruta, disfruta. Porque sí, porque me gusta hacer triatlón y porque, ahora mismo, una prueba de triatlón me da unos chutes de endorfinas que no puedo comparar con ninguna otra actividad física. En todo caso, se volvió a producir el milagro -por duplicado esta vez porque, después del temporal de poniente que habíamos tenido, el mar calmo que nos esperaba el domingo fue un verdadero milagro. Aparte de eso, nadamos y no nos ahogamos, intenté hacer una bici decente y no me salió mal, y corrí hasta reventar. La única novedad es que mi parcial de bici fue, en cuanto a puestos y media, sensiblemente mejor de lo que venía haciendo hasta ahora: según mi velocímetro la bici me salió a 33 km/h (en un recorrido que pasaba de los 21 kms). Las cosas sucedieron, como no podía ser de otra manera, tras el MOOOOOOOC inicial; me sentí muy cómodo en el agua y recibí menos palos de los que me esperaba al compartir la salida con más de 300 participantes; realicé la primera transición (que incluía un recorrido incómodo de más de 400 metros) con cierta soltura y me incorporé a la bici con ganas de probar a ir más rápido -como acabo de decir no me salió mal (2'30'' más rápido que el mismo recorrido en el duatlón de marzo); la tercera parte fue la repetición de la historia de siempre: pies para qué os quiero y a intentar adelantar puestos todo lo posible. La verdad es que me sigue maravillando poder correr a 3'54'' tras bajarme de la bici... Quizás en eso reside el chute de endorfina que comentaba antes. Al final, entro en meta en 1h23'37'', puesto 178º (de 337 llegados) y 31º de mi categoría. Los parciales fueron los siguientes:
agua: 20'57'', puesto 257 (incluyendo la transición de 400m)
bici: 43'08'', puesto 209 (según mi velocímetro, a 33 km/h)
pie: 19'32'', puesto 51 (a 3'54'' x km)
La novedad, como decía antes, es haber hecho un mejor parcial en bici que en el agua. Hasta ahora había sido tan malo en una cosa como en la otra. Buen avance porque, como ya me he dado cuenta otras veces, donde verdaderamente se sacan buenos tiempos en un triatlón es en la bicicleta.
Del triatlón del domingo destacaría, fuera de lo estrictamente deportivo (o quizás conectado con ello) otras cosas: el componente social del que ya he hablado en otras ocasiones. Disfruté mucho hablando con la gente; gente que he ido conociendo a través de este blog o a través del club. Disfruté mucho viendo disfrutar a otra gente; por ejemplo, gente que hacía su primer triatlón sprint, muchos: ahí estaban Simón, Nuria, Juanjo, Pepe Segura, Emilio, Paco... Muchos más, seguro (enhorabuena a todos). Disfruté mucho, también, con los ánimos del público: por eso, en esta entrada del blog del aprendiz de triatleta, no se me pueden olvidar Lola y su familia, que fueron a animarme (gracias desde aquí a su padre por su estupendo reportaje fotográfico) y que disfrutan con esta fiesta o este circo en que, entre unos y otros, hemos convertido el triatlón. Gracias por estar ahí: público, lectores, triatletas expertos, aprendices y novatos. Yo, aunque Pablo me asegurara en un rato de cháchara final que debo quitarme ya la etiqueta de aprendiz, aunque este triatlón haya sido una especie de confirmación oficial después de un año en esto, sigo aprendiendo...

2 comentarios:

  1. Simply Genial!!!!
    Un placer conocerte!!!

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  2. Buena cronica David. me parece que tenemos que entrenar natación juntos. jaja. Salimos parecidos del agua, solo que me adelantaste en bici y corriendo mi ruina

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