El diario de un outsider residente en los arrabales del trimundo

martes, 5 de junio de 2012

VII Triatlón Ciudad de Cartagena: la crónica de un fenómeno social apasionante

El domingo tocaba hacer el Triatlón de Cartagena -y si algo le quedó claro al aprendiz de triatleta fueron estas dos cosas: hacer triatlón es algo apasionante, no encuentro otra actividad física que me dé tanto subidón ni me energice tanto; quizás por eso, porque realmente es un deporte que engancha, se está convirtiendo en un fenómeno de masas. Y ese es el segundo tema que constaté: para satisfacción de muchos y para irritación de otros, este deporte, que hasta hace poco era para una minoría de elegidos e iniciados, se ha convertido en un verdadero fenómeno social. Así, la mañana de ayer en Cartagena con toda la parafernalia incluida en el circuito SERTRI, fue una sucesión de pruebas de distintas distancias (flash, super-sprint, relevos, triatlón de la mujer) que intentan popularizar el triatlón, difundirlo y hacerlo más asequible a quienes potencialmente están interesados. También confirmé otras cosas: por ejemplo, que la dimensión social en este deporte tiene una gran importancia (que si clubes que han brotado por todos sitios, que si palos y contacto físico en el agua, que si grupos en el recorrido de bici, que si tertulia post-carrera) -pareciera que el triatlón está pensado para la socialización. Otra cosilla que confirmé: nos da igual ocho que ochenta. Que si retrasan las salidas, que si terminamos triatlones a 32ºC, que si no hay bebida isotónica, que si el asfalto del recorrido está para matarse, que si los oficiales y personal de la organización no informan como es debido... Nada importa: somos felices participando y terminando. No hay más, parece.
El caso es que al final de la mañana y con una serie de retrasos debidos a la actividad del puerto de Cartagena, tuvo lugar la salida de mi segundo sprint de esta temporada.Un recorrido que me sorprendió como, de momento, el más bonito de los triatlones que he hecho. Nadar en el puerto de Cartagena me pareció un lujo. Y el recorrido de la carrera a pie por la muralla también me pareció bastante bonito.
En cualquier caso, creo que andábamos por el principio -bocinazo de salida y a nadar. Nada raro, aparte de la belleza del puerto y de la cantidad de triatletas reconcentrados que íbamos hacia la primera boya. Boya que, por los comentarios de la gente que había participado en años anteriores, estaba a más de 300 metros de la salida, lo que, para algunos, daba como resultado un recorrido de agua de unos 900m. Giro hacia la derecha y hacia la segunda boya. Me encuentro bien y no me despego del grupo en que iba desde el principio. Mucho contacto físico y tiramos hacia la segunda boya. Sin novedad en el frente. Giro hacia la izquierda otra vez y una tercera boya que se hace esperar. Cuando me doy cuenta me he desviado demasiado a la izquierda y tengo que rectificar. En todo caso, ahí que llego a la rampa de acceso al muelle y toca tirar, sin alfombra y evitando resbalarme demasiado, para T1.
A por la bici, que llegamos tarde
Esta vez el neopreno sale a la primera. Me pongo calcetines y zapas con cierta soltura y tiro con la bici para la salida de boxes. Ahí me doy cuenta de que me falta el dorsal. Tiro para atras -una T1 graciosa tirando para desastrosa. Me planto por fin en la línea de salida y una oficial me dice que desmonte y monte más para adelante. Despacito y buena letra. Remonto. Retomo y adelante. Empieza el sector bici. Un recorrido a tres vueltas por un itinerario mayormente llano y lleno de unos baches tremendos. Veo por lo menos un pinchazo y dos caídas. El recorrido también tiene un pedazo de repecho de unos 500 metros que se puede subir a plato pero que hace que la media baje un poco. Claro que luego la bajada, con una curva final que se me antojó un poco peligrosa, hacía que la media volviera a subir. Repetimos por tres veces y tiro para boxes otra vez. Veo que he hecho un promedio de 32.6 km/h. No está mal: vamos mejorando, juas!
T2 y, esta vez sin problemas ni olvidos, me pongo las zapas y salgo a correr. Piernas de madera o de piedra, directamente y rumbo a lo desconocido. Sorpresón del día: el recorrido (a dos vueltas) tiene un pedazo de repecho poco después de la salida con el que no contaba. Subo como puedo y me echo toda el agua que puedo en el avituallamiento. Hace calor. Murallas de Carlos III. Estructuras defensivas y un carril bici que casi nadie sigue (la mayoría atrochando por el césped, qué mal ¿no?). Vuelta a empezar, con repecho incluido. Más agua. Adelanto a gente y me crezco un poco. Quiero llegar a meta lo antes posible y con zancadas vistosas -que se note que uno es un triatleta muy mediocre pero un runner de provecho. Meta. No quedan  camisestas de mi talla. No queda bebida isotónica. Un pedazo de triatlón así, con 500 participantes entre unas y otras modalidades, debería estar más controlado en estos detalles -pero, como decía al principio, nos da igual. Lo importante es que repetimos el milagro: nadamos y no nos ahogamos, hacemos la bici y no nos matamos, corremos y no reventamos. Por todo eso, disfrutamos y somos felices.
Al final, 1h14'45'', puesto 146º de 245 llegados y 23º de mi categoría. El tiempo es muy similar al del domingo anterior en Marbella, aunque hago mejor agua y mejor bici aquí y confirmo que el recorrido de la carrera a pie de Marbella estaba acortado. Contento, aunque sea difícil de creer, con estos parciales:
-agua, 16'04'' (puesto 184º, a 2'09'' de promedio)
-bici, 38'29'' (puesto 187º, a 31.29 km/h, incluyendo la transición)
-carrera a pie 20'20'' (puesto 30º, a 4'04'')
Las mismas conclusiones que en Marbella: voy flojito en bici y en el agua. Voy bien en carrera a pie. Voy disfrutando en las tres cosas, que, al fin y al cabo, es lo que, por lo menos a estas alturas de mi aprendizaje, me importa. Gran triatlón el de Cartagena, buena actuación de algunos de los compañeros del TriAlmería, buena charleta con algún histórico del triatlón almeriense (el gran Ilde, al que hasta el domingo sólo conocía de oídas), buen ambiente tri y mucha pasión. Destaco la ilusión del primer triatlón de Simón que debutó en distancia super-sprint y que ya no podrá dedicarse a hacer las fotos que tan bien hacía. ¡A disfrutar!
Más contento que si hubiera ganado

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