El diario de un outsider residente en los arrabales del trimundo

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Sacrificio: seguir despegando como triatleta

Phelps, en pleno sacrificio

sacrificio 
(Del lat. sacrificĭum).5. m. Peligro o trabajo graves a que se somete una persona.
7. m. Acto de abnegación inspirado por la vehemencia del amor.
 (fuente: Diccionario de la RAE)


¿Qué no hará un aprendiz de triatleta por continuar su despegue, por mejorar, por aprender, por amor al triatlón y a sus objetivos futuros? Esto es lo que pensaba ayer cuando estaba inmerso en unas series de 50m en la piscina. 15x50m con recuperaciones de 20 segundos.Conseguí llegar a 10 o 11: perdí la cuenta. La cosa es que, desde hace un par de semanas, estoy entrenando con el Club de Natación Bahía de Almería, un club máster con mucha solera en mi ciudad. Los entrenamientos con esta gente, a los que voy dos o tres veces en semana, me han supuesto un cambio de perspectiva total: además de volver a ponerme en mi lugar (ser el último de la fila, el peor, el más lento) y de hacerme aun más consciente de mis carencias técnicas (estilo poco fluido, poco rolido, poco agarre), las sesiones que he compartido con ellos han conseguido lo que yo, por mi cuenta, no conseguía. Y es que, por fin, consigo cansarme en la piscina: series, sets largos y exigentes, nadar a estilos que ni había intentado. Así fue mi estreno hace ya dos casi dos semanas: nada a braza, nada a mariposa, nada a espalda. La cara de póker todavía me dura. Probablemente, si continuo con ellos, el esfuerzo y el sacrificio me harán progresar -es lo que pensaba dándole vueltas a las palabras del entrenador ayer: tienes que tener mucha paciencia. Es lo que pensaba cuando pedaleaba de vuelta a casa, después de 2700 metros (mi sesión más larga de entrenamiento en el agua hasta el momento). Es lo que pienso ahora, aquí en una mañana tranquila de descanso y de tareas cibernéticas: el camino es largo -ser triatleta y tener deficiencias (nadar mal, por ejemplo) no están reñidos. Al contrario, ser triatleta es, en gran parte, recorrer ese camino y enfocarlo para, a través del sacrificio, solventarlas en la medida de lo posible. Suena místico, suena cursi, suena estúpido: pero así es. Se puede disfrutar con el sacrificio si te gusta algo -y lo bueno del triatlón, si te gusta, es que el margen para la mejora es siempre tan amplio que uno no puede nunca dejar de sacrificarse, de decir ahora empieza todo. Y sobre todo, de contemplar los pequeños sacrificios de cada día o de cada semana como parte imprescindible del todo -así me ventilé yo las series de ayer, tomando aire de mis proyectos de futuro y diciendo esto lo estoy haciendo para poder hacer mil cosas que quiero hacer.

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