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Quedaron atrás las nubes de las vacaciones -ahora toca centrarse en el nuevo ciclo |
Se acabaron las vacaciones. Empezando a trabajar y retomando el nivel del mar, entramos en septiembre. Mes complicado donde los haya: vuelta al trabajo, ajustes, nostalgia, días más cortos. Un curso nuevo. Un ciclo nuevo. En cuanto a lo que al triatlón se refiere, julio y agosto han terminado como sigue: 60 horas 05' de entrenamiento para 64 sesiones.
Swim: 55750 metros (+750 m del triatlón sprint)
Bike: 29 kms (+20 kms)
Run: 418 kms (+5 kms)
Sin comentarios: salta a la vista que más que al triatlón, me he dedicado al aquatlón. Por lo demás, ha sido el verano de mi segundo tri. Y el verano en que me he vuelto a dar cuenta de lo difícil que, a veces, llega a ser ajustar entrenos e intenciones ideales a la realidad y a las exigencias de la vida. Lo más positivo que saco de estos dos meses son dos cosas: por un lado, el esfuerzo que le he dedicado al agua, esfuerzo que en las últimas sesiones de agosto me ha dado algún fruto (más fondo y mis primeros 2150 metros seguidos sin parar; sesiones consistentemente por encima de los 2000 metros cuatro veces por semana; mayor autoconciencia de la técnica y buenas sensaciones con cierta frecuencia). Por otra parte, mi
confirmación como triatleta me ha vuelto a mostrar que esto me gusta y que quiero seguir, en serio, con el tema. De ahí lo del nuevo ciclo: como he dicho tantas veces, ahora empieza lo bueno. Y es ahora, a comienzos de septiembre, cuando
de verdad empieza (o vuelve a empezar) todo.
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