El diario de un outsider residente en los arrabales del trimundo

martes, 20 de septiembre de 2011

Atracón Sierra Nevada 2011: fracaso es no haberlo intentado

El Mulhacén, majestuoso, un faro para mi futuro en el triatlón
La montaña pone a cada uno en su sitio. Además de haberme puesto varias veces en mi sitio, las montañas llevan unos cuantos años enseñándome cosas sobre mí, sobre mi estado de forma, sobre las cosas a las que puedo aspirar, sobre lo que es posible y sobre lo que es imposible. También sobre los demás. Llevaba tiempo pensando en hacer las dos cumbres más emblemáticas de Sierra Nevada, el Mulhacén y la Alcazaba, en el mismo día; además, hacerlas desde Trevélez, sin paños calientes y sin atajos de distancias ni desniveles. Tantas ganas tenía que este verano se me ocurrió montar un evento Facebook, juas juas, al que invité a gran parte de mis amistades y conocidos relacionados con el deporte y con otros derroteros de la vida. Al final, tan sólo nos apuntamos cuatro aguerridos aspirantes montañeros a lidiar con semejante reto: Trevélez-Siete Lagunas-Mulhacén-Siete Lagunas-Alcazaba-Siete Lagunas-Trevélez. 2400 metros de desnivel positivo y otros tantos de desnivel negativo para el cuerpo. El caso es que el sábado pasado, a las 7.40 de la mañana, Lola, Jose, Simón y yo nos pusimos en marcha para lidiar con este pedazo de frikada. El resultado fue un éxito parcial -tan sólo hicimos una de las dos cumbres previstas, el Mulhacén; la Alcazaba, debido al viento exagerado y al cansancio acumulado, se quedó para mejor ocasión. Al final, unos 2300 de desnivel, 29,6 kms y unas 11 horas de marcha exigente. Desde aquí, felicitar y dar las gracias al resto del equipo y recordarles que, sin duda, fracaso es no haberlo intentado.
Como decía al principio de la entrada, la montaña es muy sabia y me ha enseñado muchas cosas en los últimos años: quizás la moraleja que puedo extraer de este reto cumplido tan sólo a medias es que no caben las prisas para las grandes empresas. Cada cosa tiene que pasar, necesariamente, por las etapas de rigor y por los escalones establecidos -no tiene sentido forzar la máquina si no es para disfrutar, no tiene sentido apresurar las cosas sólo por apresurarlas. En el camino, en las etapas, en disfrutar el recorrido está la clave. Aplicado al mundo del triatlón y de mis proyectos dentro del mismo, la moraleja no deja lugar a dudas: no se puede simplificar las cosas. Si el Mulhacén y la Alcazaba no se dejan conquistar en el mismo día, me están mandando una señal de que debo ir consolidando etapas antes de dedicirme a aventuras verdaderamente grandes y exigentes. Suena todo muy misterioso, pero yo me entiendo. Con ese eco montañero de exigencia y de disfrute dosificado nos quedamos hoy.

1 comentario:

  1. Hola tio ya no soy amaral celia ni nada de eso ahora me llamo Lua mi nuevo blog es el siguiente: http://theluaworld.blogspot.com/

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