El diario de un outsider residente en los arrabales del trimundo

miércoles, 16 de febrero de 2011

Entrenar en invierno: puffff, qué pereza!

Estoy harto de invierno. No puedo decir otra cosa. Se supone que los inviernos de Almería son suaves -ya sabéis el slogan: Almería, donde el sol pasa el invierno. Mentira cochina. Los inviernos en Almería son relativamente suaves, pero llueve, hace frío, hace viento, hay humedad, las casas y los trabajos no están acondicionados para estos meses, todo se hace increíblemente incómodo (hasta ducharse se convierte en algo penoso y desagradable). Todo esto supone un bajonazo en el tono vital que hace que mantener entrenamientos exigentes durante enero y febrero sea una tortura. Quizás lo estoy exagerando un poco (¿qué sería un blog sin exageraciones?), pero la imagen de este aspirante a triatleta durante las últimas semanas es la de un individuo perezoso que se debate entre el sofá y las zapas (quién fuera uno de los osos de la foto para pasarse el día tumbado así!). Con relativo éxito, estoy consiguiendo hacer mis 54-56 kms semanales a pie y mis 5000 y pico metros de piscina. Puede sonar bien, pero de verdad que lo estoy viviendo como un verdadero combate contra la pereza. Ese kilometraje y este régimen de actividad física lo llevo yo en otros momentos del año con la gorra, pero ahora... Sin duda, en toda esta movida las horas de luz y de sol juegan un papel importante: los últimos entrenamientos el sábado y el domingo, a medio día y con sol, no tienen nada que ver con las últimas salidas por la noche, sin ganas y embutido en chubasquero y braga térmica. Un ejemplo, anoche tocaba empezar los entrenamientos de calidad para la Media Maratón de Málaga: misión imposible realizar una pirámide de fartlek o un ritmo rápido, bastante fue completar unos 12 kms trotones a 4'54'' (por cierto, nada que ver con los 18 kms del domingo, que por arte de birlibirloque salieron a 4'43'': lo que hace el sol...).
Y, bueno,  ¿para qué hablaros de la bici? La Trek sigue ahí aparcada, en una semana en que me había propuesto empezar a meter dos días de bici, además de los cuatro de carrera y los tres de piscina. Necesito urgentemente una buena primavera. O eso, o un pedazo de Pepito Grillo que me tire de las orejas...

1 comentario:

  1. Lo mismo me pasa a mi en Zaragoza, y eso que no me meto tanta caña, pero cuando mi cuerpo advierte la llegada del frio activa el modo "osezno" y moverme me cuesta un montón. Intento salir a correr acompañado o motivarme el día de antes "previsualizando" el entreno, porque de otra manera no me arranco.

    Un abrazo,

    Pachi

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