El diario de un outsider residente en los arrabales del trimundo

jueves, 10 de febrero de 2011

Reflexiones de un ciclista urbano: contaminación, conciencia cívica, educación y blablablá

Como la semana no está teniendo ninguna novedad de entrenamientos (todo va como últimamente, metiendo tres días de piscina y cuatro de carrera a pie como de costumbre), hoy toca un alegato de estos míos en plan bronca y rapapolvos con moralina. Y que no piense nadie que me las doy de nada o de que voy de estar por encima del bien y del mal, pero es que... Es que ya llevo unos cuantos días acumulados en que, cuando vuelvo de trabajar a las diez y pico de la noche, en algún punto de mi recorrido en bici algún capullo o capulla me pita con inquina para que me aparte de la calzada. Parece ser que los ciclistas urbanos molestamos a algunos. Yo ahí en plan chapeau, con mis luces, mi casco y todo bien legal, y un cochecito detrás de mí haciéndome bullying urbano. Hay días que soy capaz de tomármelo con serenidad (que yo soy un tío muy tranquilo), pero la verdad es que me cuezo por dentro.
Ahora es cuando viene la moralina, que, por aquello de hacer algo con cierta retórica, presentaré en forma de preguntas dirigidas a la nada cibernética. ¿Cómo podemos vivir en un país con tan buen clima y usar tan poco la bicicleta? Lo que es más grave, ¿por qué las bicis y los carriles bici importan tan poco en las agendas políticas de los dos partidos mayoritarios? ¿Por qué sólo se hacen carriles de cara a la galería que no sirven de nada y que no llevan a ningún sitio ni sirven para articular verdaderamente el tráfico en bici por toda la ciudad? ¿Por qué ningún Ayuntamiento, sea del PSOE (Barcelona) o del PP (Madrid y Valencia) se están planteando restringir el tráfico de vehículos a motor en estos días de contaminación y de índices peligrosos para la salud? ¿Por qué tiene la gente tan poca educación y tan poca clase? ¿Por qué la gente va al gimnasio o a la piscina en coche? ¿Por qué en una ciudad como Almería, de menos de 200.000 habitantes en que los trayectos deben andar por un máximo de 2 kilómetros la gente coge tantísimo el coche y no se plantea ni la bici ni el andar?¿Por qué un grandísimo porcentaje de niños y niñas de este país tienen que ser transportados en coches a sus coles todas las mañanas?
Pues no sé, supongo que, detrás de todas estas preguntas, lo que hay es un grandísimo catetismo ibérico. Un catetismo cerril que nos lastra en muchísimas cosas. Últimamente la gente se queja mucho de los políticos, sin embargo yo creo que tenemos los políticos y la gestión (local, regional, nacional) que nos merecemos -unos políticos que, además, intentan ganar votos y hacer leña de todos los árboles caídos. Por ejemplo, en el tema de la contaminación, unos intentando, en vísperas de las municipales, poner en primer plano la mala gestión que el  Ayuntamiento de Madrid está haciendo de este tema. Los otros (sí, sí, como el título de la película), bueno, los otros... ¿qué podemos decir? Esa Anita Botella diciendo que más ahoga el paro que la contaminación, como si el hecho de que un gobierno socialista que ha gestionado fatal el tema económico y el empleo le diera a ella licencia para no ocuparse de sus problemas como Concejala de Medio Ambiente (ahí es nada, Ana Botella, Concejala de Medio Ambiente). En fin, que unos por otros y la casa sin barrer. Pero claro, a la gente en el fondo le da todo igual -el paro no creo, pero la contaminación sí. ¿Son tan tontos los políticos de este país? Pues supongo que no, pero ¿cuál de ellos se atrevería a restringir el tráfico de vehículos en las grandes ciudades de este país? Un país en crisis que sigue viviendo como si nos sobrara el combustible y los euros para pagar las letras de los coches. Un país en crisis en el que los jóvenes están en paro pero van al gym en flamantes coches nuevos y a los que nunca le falta la gasolina... (Y si les llegara a faltar los euros para llenar el depósito, la culpa no la tendría su grandísima irresponsabilidad sino el gobierno de turno). Un país, en fin, en el que se confunden las libertades fundamentales y los derechos civiles con el hacer lo que a uno le da la gana -si algunos montaron el circo de las libertades con la nueva ley del tabaco, ¿qué no montarían si se prohibiera entrar en los centros urbanos con automóvil? En fin, ¿qué político de turno se va a mojar, con este panorama,  y va a apostar en serio por las bicis? Perdonad mi arrebato, pero los pitiditos tras mi bici se han ido acumulando y  hoy tocaba crítica.
N.B. En honor a la verdad, muchos ciclistas urbanos y plataformas pro-bici están (estamos) logrando que cada vez sea más frecuente ver bicis en las ciudades y más fácil moverse bicicleando por ellas. Muchas ciudades (con la oposición irónica y sarcástica de gran parte de la ciudadanía, eso sí) han apostado fuerte por la bici (Sevilla, Barcelona, algunas más por el Norte de España). Desgraciadamente, creo que no se puede decir lo mismo de Almería. 
Si os interesan estos temas, os enlazo a AlPedal Almería y a Con Bici, dos plataformas de las que están haciendo que, poco a poco, la cosa vaya cambiando.

1 comentario:

  1. Nada que añadir, sin duda alguna muy buena reflexión con una lectura amena. Te animo a que sigas mi blog, donde intento enseñar a los almerienses que la bici es útil como medio de transporte, no sólo como juguete o deporte (y que conste que yo hago mtb y ciclismo de carretera...) pero para la ciudad tb vale!! y mucho!! http://almeriacyclechic.blogspot.com

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