Esta semana, como ya había comentado en la entrada anterior, tiene premio: la Media Maratón de Almería. La primera carrera del año, al menos para mí; y una que nunca me preparo de manera específica. La corro viviendo de las rentas y un poco por obligación: como es la carrera de esta ciudad, parece que estaría feo no correrla... Como la semana tiene ese regalo el domingo, toca planteársela en plan muy tranquilo. Generalmente, las semanas en que tengo una carrera, suelo meter dos sesiones de carrera a pie y nunca más allá de 8 o 10 kms en cada una. Y es que hay que tener claro que el cuerpo asimila los entrenamientos con diez días de retraso, por lo que, en principio, de nada sirve entrenar durante la semana de un evento. Lo que quiero decir es que, por mucho que entrenáramos en la semana de una carrera, lo único que conseguiríamos sería cansancio acumulado e innecesario. ¿Por qué corremos entonces, aunque sean dos o tres días, en la semana de una carrera? Supongo que por dos razones: para no coger kilos y por motivos psicológicos. En los efectos psicológicos metería también esas rectas o miniseries que se suelen meter en la semana de una carrera: si uno comprueba que todo va bien, que soporta un buen ritmo, que las piernas responden, que, en definitiva, está fino, se afronta la carrera del domingo mejor. Pero me reafirmo, meter grandes intensidades con pretensión de mejora en los diez días anteriores a una carrera creo que no es fisiológicamente realista.
Espero que perdonéis mi tonillo didáctico, pero es que hoy me he levantado con el chip profesor puesto. Y, ya lo sé, son cosas que sabemos todos los que corremos y tal; sin embargo, cuántas veces me he encontrado con gente que hace series en plan serio en los días inmediatamente anteriores a una carrera. También sé de algún caso que se ha metido una tirada larga a dos días vista de un medio maratón. O una sesión de piernas en el gimnasio el día de antes... Supongo que hay gustos y estilos de entrenamiento diferentes, cada deportista tiene sus rutinas y sus ceremonias y sus sesiones talismán -lo que pasa es que la evidencia fisiológica creo que no puede negarse y lo mejor que puede hacerse en la semana de una carrera es reducir sesiones, reducir intensidades y reducir kilometraje. Vamos, el famoso tapering...
Ayer, sin embargo, no cumplí del todo con estas normas mías tan de andar por casa: como no he hecho nada medianamente rápido y con chispa en las últimas semanas, y como salí a hacer 8 kms de nada, me piqué conmigo mismo y me marqué un rodaje con cierta alegría: 4'24'' de promedio, que atribuyo un poco al frío que hacía y al propio pundonor ese que me hizo probarme (y buscar mejores sensaciones que las que tuve, a medio día, en la piscina). 4'24''x km: nada del otro mundo, ya lo sé, pero aun así contradije las normas que he explicado más arriba. ¿A lo mejor es que, de después de todo, no existen normas en el deporte popular y lo que debe hacer uno es lo que le pide el cuerpo...?
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