Como ya estamos a 23 de enero, es un poco tarde para perder el tiempo con eso de las resoluciones de Año Nuevo. Una movida mental así, en forma de resoluciones y promesas y compromisos arriesgados, hubiera pegado en el blog hace dos o tres semanas. Como ya no es momento, cambio el discurso un poco y me propongo agarrar el 2011 por los cuernos. No, no es lo mismo que agarrar el toro por los cuernos; no nos equivoquemos: 2011 no es un animal, sino un año con cuernos. Vamos, eso es lo que se me ha venido antojando a mí: un año un tanto capullo que ha intentado no dejarme remontar en sus primeras tres semanas de vida. Como uno no está para aguantar capulladas, me he decidido (sin prisa, pero sin pausa) dejarme de tonterías y pasar a hacerle la mejor de mis zancadillas y placarlo. Acabemos el mal de raiz: no pain, no gain -o lo que es lo mismo, si no te impones sobre un año que se está intentando hacer el listito, no remontas en la vida...
Para empezar, ya hay eventos a la vista: estoy inscrito en el Medio Maratón de Almería, que es el domingo que viene y que afrontaré habiendo hecho poco o ningún entrenamiento específico. Más bien con el famoso planteamiento de que quien tuvo, retuvo. Más vale que sea así. Y si no, pues nada: a disfrutar de un nuevo recorrido (más feo y anodino que el anterior, si cabe); pero claro, tampoco era plan no correr el Medio Maratón, el gran evento runner, de esta ciudad en la que vivo. Después de eso, hay un segundo evento: el III Trail de Cabo de Gata. Vale, los Aqueatacamos se pasan cada día más con los precios; pero en este caso no era tampoco plan perderse el evento runner más bonito de esta provincia. Eso será el 6 de marzo y, si corro el Medio Maratón de Málaga, como viene siendo costumbre, me vendrá de lujo como rodaje largo de calidad.
Para continuar, sigo pensando que 2011 debe seguir siendo el año de mi primer sprint. O eso o, si no, acabaré cambiando el pretencioso nombre de este blog y vendiendo la Trek en el mercadillo. Como no estará el mercadillo para bollos, debería orientar toda la actividad física a lo del sprint. Y claro, uno lee planes de entrenamiento para triatlones de esa distancia y se harta de reir: que si corra usted 20 minutos y dúchese, que si haga 25 minutos de bicicleta y tómese una bebida isotónica, que si haga 10 largos en la piscina de su pueblo y aplíquese con esmero algún producto antihongos. No, estoy exagerando un poco, ya lo sé. Pero lo que saco en claro con esos planes es que mi nivel de actividad física actual me permitiría sin mucho problema terminar un sprint. Lo que me falta, claramente, es mejorar el agua y, sin duda, inscribirme en algún evento. Eso saqué en claro en un artículo interesante sobre Resoluciones de Año Nuevo y Triatlón que leí en una magnífica web, Beginner Triathlete, orientada a fomentar el triatlón entre gente de todo tipo. Por cierto, cosa que se echa de menos en España, donde, como ya dije en otra ocasión, da la impresión de que hay intereses para que el triatlón popular no exista. Bueno, sin irme por las ramas, una de las cosas que aconsejaban en ese artículo era precisamente eso: que quiere ser usted un triatleta, que se ha decidido, pues nada, encuentre un evento sprint, se inscribe, paga el dinero y ya verá como se centra mucho más en lograr su objetivo.
De momento, estas últimas dos semanas he puesto algún granito de arena para, poco a poco, ir despegando: la semana pasada terminó con 54 kms de carrera a pie y 3500 metros de piscina; esta ha terminado con 51 kms de pie y 5100 metros de piscina (qué casualidad lo de 51 y 5,1). Buenas sensaciones en algunos momentos de la piscina y, sobre todo, buenas sensaciones corriendo: qué bien me han sabido los 15 kms de hoy, bajo la lluvia y con un levante gélido que te quitaba las tonterías. Bueno, creo que no está mal del todo, sobre todo porque, como contaba al principio, 2011 no ha parado de embestir en estos primeros días. Salud.
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