El diario de un outsider residente en los arrabales del trimundo

martes, 29 de enero de 2013

XVI Maratón Ciudad de Almería: sorpresas te da la vida

Ritmo, ritmo, ritmo
El domingo tocó continuar con la diversión -ya sabéis: madrugar un poquito, ponerse un poco nervioso, tener dudas, socializar, discurrir sobre qué ropa ponerse, intentar planear una estrategia de carrera, nutrirse bien los días anteriores, desayunar el típico desayuno de competición (agua, zumo, plátano, cereales y avena con nueces y yogur), esperar el pistoletazo de salida entre caras conocidas y desconocidas, sufrir y disfrutar al mismo tiempo... En fin, todos los ingredientes de una competición. Y es que el domingo tocaba la Media de Almería; una cita obligada en el calendario de los deportistas populares de la ciudad donde vivo. Cursiladas aparte, llegué al fin de semana de esta media a bordo de un tren de dudas tras hacer dos paradas en dos carreras con resultados agridulces y poco satisfactorios. Con los kilómetros que llevo acumulados en las piernas en los últimos meses, en que como mucho estoy corriendo 30 y tantos kms a la semana, y sin haber bajado de 40' en la San Silvestre de Getafe ni en la popular del Alquián, me era difícil visualizarme haciendo una buena carrera o tan siquiera disfrutándola. Quizás fue por eso que el resultado, que tampoco es para tirar cohetes, me supo a gloria.
Dudas, dudas y más dudas acarreé toda la semana. Que si no voy a ser capaz de bajar de 1h30', que si me va a dar una pájara del quince y medio, que si no sé por qué me meto en este berenjenal tan complicado del triatloneo con lo tranquilo que yo vivía con mis carreras y mis relativas buenas marcas. En este estado mental llegué a la noche del sábado: sin embargo, algo me debe decir que debo prepararme para lo mejor y vestirme de domingo. Me depilo, cosa que sólo hago en verano y para competiciones especiales, y decido correr con GPS. Descarto ir sin reloj y por sensaciones, jugando al runner que pasa de gadgets y va de natural por la vida. Paso de semejante sandez y, una vez más agarro el toro de la avena por los cuernos: macarrones de avena para cenar y avena en los cereales del desayuno. Con todo, el domingo amanezco plácido y tranquilo y dispuesto a asumir el resultado que sea con deportividad. Será por el buen día que amenece también, con una temperatura excelente, 12ºC, y sin nada de viento, pero cuando me coloco en la salida, tras algunos saludos de rigor con todas las caras conocidas del negocio este, tengo ganas de correr y, sobre todo, de resolver el puzzle.
Pistoletazo y #palante. Tras el mini calentón del primer kilómetro a 3'58'', me junto con un grupo bueno (ahí van Christian y Sebas; ahí va, casi todo el tiempo, Guillermo y otros que no conozco). La cosa me empieza a sorprender porque, desde el segundo kilómetro el GPS me marca un ritmo constante de 4'01'', tan constante, constante que empiezo a pensar que el cacharro de marras se ha colgado. (Desde el principio también soy consciente de que el GPS me marca más distancia de la que vamos haciendo, por lo que los 4'01'' son un cálculo demasiado optimista; lo sé pero voy centrado en no bajar, ni subir,  de ese ritmo). Más sorpresas: aguanto el ritmo sin ningún problema, ni bajón, ni subidón especial. El grupo se va manteniendo -hay algunas bajas pero más o menos aguantamos hasta el kilómetro 15 o así. Sorpresa: ritmo, ritmo, ritmo. Desde el Maratón de Donosti en 2009 no había corrido una carrera a un ritmo tan constante y con una concentración tan intensa en el grupo y en mantener esos supuestos 4'01'' que marca el GPS. Voy centrado en el ritmo y disfrutando poco del recorrido, que, por otra parte, tiene poco de disfrutable (¿para cuándo un recorrido que dé al frente marítimo de Almería, su gran encanto, el protagonismo que se merece?). Me voy fijando en algunas caras conocidas entre el público -ahí están fotógrafos amateur de categoría (Simón, Carlos, José Andrés, Juanfra, Cristóbal), ahí está Ilde animando a más no poder y con ganas de estar a bordo de las zapas (seguro que bien pronto vuelves a competir). Pero bueno, me voy fijando más bien en poco; entre el ritmo, las piernas, el grupo y la música del i-pod, no hay tiempo para más. Bueno, sí tengo tiempo para recrearme en la fuente de la Rambla: momento estético de la carrera. Los chorros, el obelisco, el cielo azul, las palmeras y toca coger resuello para subir Rambla arriba. Todo sin novedad: más sorpresas -ritmo, ritmo, ritmo. De repente confirmo que el GPS no está fallando. se me va a 4'02'' y tengo la duda de si ahí empezará el gran pinchazo, la gran petada. Queda mucha carrera; sin embargo, atribuyo la subida de un segundo al repechón de la Rambla y Carretera de Ronda y decido poner solución -quiero volver a confirmar que el GPS no ha petado ni yo tampoco. En efecto, subiendo un poco el ritmo confirmo las dos cosas y en la pantalla aparece la cifra mágica: 4'01''. A estas alturas queda un tercio de carrera y decido ir apreciando este momento ritmo kilómetro a kilómetro: en el deporte no se pueden apresurar las cosas ni existen atajos (bueno algunos sí: que se lo digan a las decenas, ¿cientos?, de corredores que se chuparon decenas de metros por los recortes a través de la aceras en los giros del recorido -imagen un poco bochornosa de esta media). No existen atajos -hay que centrarse en lo que toca y ahora hay que ir disfrutando, en lo posible, de cada uno de los kilómetros. Kilómetro 15, kilómetro 16; toca bajar hacia el mar y eso es siempre una ocasión especial -además a la altura del mar me está esperando Springsteen en el i-pod; subidón para enfrentarme a los últimos tres kilómetros. De sobra sé que los tres últimos kilómetros de una media se pueden hacer  bastante pesados, por no decir interminables (para los que no tenéis demasiada experiencia en esta distancia, apuntad esas cifras bien: kilómetro 17 o 18, cuidado que vienen curvas). La sorpresa es mayúscula cuando  compruebo que sigo bien: ritmo, ritmo y ritmo. En este momento ha habido quien se ha descolgado del grupo -pero sigo con Guillermo y con un triatleta vestido de rojo que siguen literalmente enganchados a mi GPS. Ritmo, ritmo, ritmo y, para cuando nos queremos dar cuenta, llegamos al estadio (por cierto, qué detalle tan feo terminar la media este año en la pista de atletismo en vez de en el Estadio Mediterráneo). Falta un kilómetro y veo que, aunque ya de piernas voy tan justo como el que más, estoy corriendo, estoy a punto de haber terminado, la carrera en que, de cardio, me he sentido mejor -me explico: era como sentir que, aparentemente, no iba haciendo un gran esfuerzo. No compito con pulsómetro, pero me hubiera gustado comprobar lo que realmente pasó por mi corazón el domingo: pista de atletismo y para meta. Al final, 1h26'37'', el 30º de mi categoría y el 135º de 1211 llegados. Es 1'40'' más que el año pasado pero me da igual -creo que jamás he corrido una carrera con tan buenas sensaciones, con tan buen cardio y con tanto dominio del ritmo. Creo que jamás he cruzado una meta con tantísimo alivio: entrar en la meta el domingo fue una especie de confirmación de que mis entrenamientos no van mal y que meterme en esto del triatlón, después de todo, no ha sido un error.
Aparte de la meta y de las buenas sensaciones, la Media del domingo me sirvió para varias cosas: por ejemplo,para disfrutar -me encantó correr en grupo y compartir esfuerzos con quienes corristeis en el mismo barco. También para confirmar cosas que ya, más o menos sabía: perdonad mi toque sociológico antropológico, pero me es inevitable enfrentarme a estos eventos sin examinarlos desde la óptica de la ciencia social. Juas. Por un lado, una carrera con tanta gente te ayuda a ver lo que se está cociendo en el deporte popular de 2013 -y ahí constato que las tendencias son las siguientes: primero, los runners 2013 se organizan en clubes y agrupaciones variadísimas y potenciadas por las redes sociales (cada vez es menos frecuente ver a gente corriendo sin la equipación de un club); segundo, el triatlón tiene un tirón imparable (cada vez es más frecuente ver gente con equipaciones y monos de clubes tri); tercero, enorme también el tirón del barefoot running y del natural running (cada vez es más frecuente ver a gente compitiendo con zapas minimalistas o voladoras de la nueva hornada); cuarto, el deporte popular se ha convertido en un negocio que, desde ciertos sectores (por ejemplo, el de la industria de la suplementación deportiva o el de los gadgets) está cambiando ciertos planteamientos básicos de las carreras populares -como muestra, el botón del consumo de geles y ayudas ergogénicas consumidas a lo largo de la Media del otro día. Si comparamos con la situación de hace unos años (cuando no se consumían ayudas de esta manera), es fácil comprobar que los planteamientos están cambiando radicalmente: no digo que nada sea mejor ni peor, pero me da por pensar que ciertas cosas como los geles energéticos en una media maratón pueden ser, ni más ni menos, meros gastos superfluos inducidos por los interesados en esta industria.Otra cosa que constaté y que fue de lo que menos me gustó de la carrera es cómo lo público en nuestra ciudad (en nuestro país, por desgracia) se ha regalado y ha sido sustituido por  la empresa privada -el gran negocio de esta carrera, a la que costaba inscribirse 18 euros del ala, consistió en hacer una alabanza y una loa, un ejercicio abusivo de publicidad, a las empresas que se han quedado con la movidita esta del deporte popular en la ciudad. Empresas que, en plan pelotazo, se han quedado con instalaciones públicas y supuestamente municipales para gestionarlas desde la lógica de lo privado y del negocio puro y duro. Bastante tengo con saber cómo funciona  la ciudad como para, encima, tener que pagar una inscripción nada barata y tener que soportar un bombardeo continuo de los supuestos patrocinadores. A  mí, ese detalle como que me sobró.
Por otra parte, la carrera del domingo me ayudó a conocer más sobre distintos enfoques (más gregarios, más competivos, más individualistas, más puristas) de los corredores populares. Parece que no, pero la manera que tenemos de enfrentarnos a una carrera dice mucho sobre nosotros y sobre este mundo. En mi caso, aprendí que debo tener un poquito más de confianza y, en determinados aspectos, creerme un poco más la película. Después de todo, estoy en esta película (aunque sea de figurante) porque disfruto enormemente en y con ella.

6 comentarios:

  1. Estaba esperando dicha crónica, te la he marcado antes como favorita para leerla cuando tuviera un ratito.
    Eres muy humilde con tus marcas, eso no es malo, pero desde mi punto de vista son muy buenas, a pesar de que las hayas bajado (es normal).
    Yo quizás debido a un percance que tuve peco de tan naturista que me decidí por correr simplemente por sensaciones, al mas puro sentimiento de cardio, pero si entiendo la necesidad y se que debería hacerlo con reloj si quisiera hacerlo bien. Por otro lado lo que comentamos el otro día, es lamentable que en una carrera popular la gente coja atajos como si fuese a ganar realmente algo (me cuesta creer que los 1º que lleguen hayan tomado atajos). Por otro lado en el negocio que se está convirtiendo esto, es decepcionante, tanto el precio abusivo de algunas carreras (que lo entiendo pero me decepciona) como el aconsejar geles y demás productor de suplementación para una MEDIA, creo humildemente que para ese tipo de carreras esos productos son completamente inútiles, y yo nunca los he necesitado. Son carreras normalitas, y creo que el cuerpo es suficientemente sabio como para poder hacerlas el solito sin ayuda de nadie.

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  2. Voy a opinar lo que pienso yo sin el ánimo de ofender a nadie ni que nadie se lo tome a mal, es mi punto de vista.
    Lo de que la gente cada vez pertenezca mas a clubs en vez de ir por su cuenta es algo normal; hay mas gente cada vez enganchada al deporte y uno siempre busca cobijo en algún grupo para compartir sus inquietudes y experiencias, es mas llevadero y se disfruta muchísimo mas.
    En cuanto a lo del tema del precio de las inscripciones y las empresas que se publicitan: Quien organiza una prueba es una empresa privada, por lo tanto ahí lo que hay es negocio y ya cada cual es libre de comprar el producto que ellos ofertan o no. Se me hace raro escuchar a alguien que paga 18 euros por una media y dice que es cara y que luego paga 10 euros por una carrera de diez km y no dice nada o la alaba. El darse una empresa publicidad en una prueba es algo lícito. Y ten por seguro que si las empresas no se hicieran publicad en las pruebas el organizador tendría que subir los precios de las inscripciones para hacer frente a los gastos que tiene la prueba, por lo tanto, si quieres prueba barata tienes que tragarte los patrocinadores, si no quieres publicidad tienes que apechugar con la inscripción mas cara.
    En cuanto al tema de las ayudas ergogénicas en las carreras y entre los populares: la mayoría de nosotros por no decir casi todos los que yo conozco no va a ganar la media de Almeria nunca en su vida. La mayoría de todos nosotros si se lo propusiera sería capaz de correr 100km a pie con un solo vaso de agua. Cómo acabaría uno mejor, como en la media? tomándose por ejemplo un gel, que no es mas que comida de facil digestión a mitad de carrera. Mas accesorio veo yo y mas de negocio por parte de la industria el gastarse X euros en un GPS para saber al ritmo que vas por km que un euro en alimento que te va a ayudar a acabar la prueba en mejors condiciones.
    En cuanto al tema del minimalismo decir que es cuestión de modas y al que si se han querido sumar muchas marcas vendiendo algo que realmente no es lo que predican.
    Lo de la gente que toma atajos eso ya es tema aparte. Yo que vi la prueba desde fuera esta vez (aunque ya lo he hecho desde dentro y se ve lo mismo)me decepciona ver como gente ataja cien metros por lo alto de la acera y luego se quejan de que los circuitos no están bien medidos o sacan pecho de su marca frente a los colegas; eso ya va en la ética de cada uno. Hice fotos en unas cuantas curvas que tenía intención de subir y hacer mas pero es que ya pasé, cada cual que haga lo que quiera, yo se por donde tengo que tirar yo.
    Saludos.

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  3. Carlos y Cristóbal, gracias por leer el ladrillazo de crónica y por los comentarios. Es fascinante lo que da de sí todo esto del deporte popular a la hora de opinar e intercambiar ideas. Carlos: no es que sea modesto con mis marcas, soy, simplemente, realista. Creo que, en carrera a pie, me muevo en ese territorio gris en que uno no es ni de los buenos ni de los malos ni de los regulares. Lo de correr sin gadgets, bueno, hay para todos los gustos: yo suelo correr sólo con crono, sin pulsómetro y sin GPS. A estas alturas sé que el GPS (por lo menos el mío que tiene ya unos años) no es la biblia y que hay que saber interpretar con reserva lo que dice. Pulsómetro no me pongo nunca en competición y, normalmente, con el crono, las sensaciones y los kilómetros bien marcados, no suelo tener problemas en saber bien a qué ritmo voy.
    Cristóbal, me alegro de verte por el blog este. La verdad es que no tenía intención yo tampoco de ofender a nadie -si lo he hecho me he explicado mal. Lo que constato en las competiciones son muestra de que el mundo este está en plena ebullición: que algo cambie, evolucione, se reeinvente y sea dinámico no creo que sea malo. No me parece mal ni el barefoot running ni las zapas minimalistas ni las ayudas ergogénicas ni los GPS de 400 pavos ni nada. Aquí cada uno se gasta el dinero en lo que cree oportuno, supongo: lo que sí veo es que las cosas están cambiando a pasos agigantados y que lo rápido de los cambios me hace pensar si gran parte de eso no es mero negocio. En cuanto a las ayudas ergogénicas, creo que pueden ser útiles en pruebas largas. Tengo más dudas en cuanto a una media maratón: si una persona ha entrenado, lleva una dieta acorde con esos entramientos y con la actividad física que realiza, y ha cuidado la alimentación en los últimos días antes de la prueba, no creo que necesite ninguna ingesta para realizar un esfuerzo no superior a 2h. Al menos yo no la necesito. Y sí, he tomado geles en maratones, en trails largos y en mi único tri MD. Pero claro, lo mismo estoy equivocado. Mi visión de la actividad física es que me gusta, en la medida de lo posible no recurrir a suplementos: me gusta saber que he entrenado a mi cuerpo y a mi metabolismo para que sepa sacar la energía necesaria de donde pueda. Lo mismo esto es una burrada o una tontería, pero es mi visión. Y lo mismo, dentro de un año me ves en la media de Almería tomando geles: que yo era de los que no corría con i-pod y ahora le he cogido el punto... :-)

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  4. En cuanto a los precios y tal, bueno, tampoco me he quejado en exceso de los 18 euros. Tienes razón, si uno no comulga con un precio o con una prueba, pues con no inscribirse ya está todo solucionado. Pero sí me quejaba de lo de la publicidad de ciertos patrocinadores. Por supuesto que los patrocinadores hacen que las pruebas sean más baratas, pero ahí es donde me asaltan las dudas: una prueba que es la media maratón de una ciudad mediana, con el patronato deportivo municipal detrás, con casi 2000 inscritos ¿cómo saldría de cara sin dichos patrocinadores? ¿Más de esos 18 euros? Me es difícil pensar que sí. Vamos que tampoco voy a hacer operaciones matemáticas ni voy a pedir el balance de cuentas a nadie, pero mi visión de una prueba supuestamente organizada por el patronato y el ayuntamiento (así aparece en el cartel institucional) y controlada por servicios públicos (polis locales, protección civil) y basada en infraestructuras públicas (el pabellón, el estadio) es que no debe (al menos no debería) ser tan cara. En todo caso, la gente que vivimos aquí y pagamos contribución, impuesto de circulación y de basuras y tal y tal, nos podemos preguntar que qué hace el ayuntamiento con nuestros dineros si con 2000x18 euros más sus propios recursos de personal y de infraestructuras no tiene para organizar sin publicidad y sin espónsores una media maratón. O no tienen ni idea de gestión o la carrera del domingo fue un negocio, sin más. Por lo demás, perdona que se me hayan atragando en especial ciertos espónsores: pero es que la operación-pelotazo Almadrabillas sigo sin digerirla bien. Tengo una visión un tanto inocente de las cosas y todavía pienso que las instalaciones construidas con el dinero de todos y supuestamente municipales no deberían ser negocio. Y menos si, de por medio, ha habido manipulaciones y falsas promesas (como lo de la cubierta de la piscina de 50m que se anunció a bombo y platillo como excusa principal de la operación)... Pero bueno, es mi visión: creo que lo público debe ser público, justo lo contrario de cómo se está tendiendo a gestionar en este país todo lo que debería ser público. Espero haberme explicado. Un saludo.

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  5. Claro que se que es un negocio, y lo entiendo, pero también tengo derecho a quejarme del precio de una carrera (a esta no fui, evidentemente, por cuestiones geográficas), pero me puedo quejar públicamente de que algo me parece caro, cuando sea excesivo y no me lo pueda permitir no me apuntaré, de mientras me apunto, pero me quejo del precio.
    No ofendes por supuesto.
    Respecto a las modas, el barefoot running por ejemplo me parece hasta "guay", y lo único que las ayudas ergogénicas y los geles me parecen (a mi parecer) muy absurdas para ese tipo de prueba, al igual que a lo mejor para el triatlón o un maratón si que pueden ser necesarias. A mis adentros lo veo absurdo, pero evidentemente no voy a decirle a nadie (con quien no tenga confianza) directamente que por qué lo toma, que haga lo que quiera. Yo ya he dicho peco de naturista al no llevar ya ni reloj, antes lo llevaba, y sigo pensando que la mejor forma de hacer una prueba de ese tipo es aprenderse el recorrido, recordar donde pillaba cada Km y a golpe de crono. Es lo que me parece mas fiable, y respecto a las marcas "minimalistas" que engañan pues eso ya es otro tema, respecto a lo demás como han dicho cada uno se gasta el dinero en lo que quiera. A mi si me suben el precio de los libros voy a tratar de no dejar de comprarlos, pero compraré menos y me quejaré, y como abusen mucho dejo de comprarlos, ese es el caso que me pasa con las populares.
    Por último respecto a la gestión de lo público, da asco y se puede apreciar en casi todos los ámbitos

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  6. Lo de la gestión de lo público se me había pasado. A mi también me hubiera gustado que la piscina hubiese seguido siendo pública pero por desgracia todo se sigue haciendo así de mal y mas últimamente estos temas. Hay que reconocer también que la piscina de las Almadrabillas estaba echa una pena con las instalaciones. Es ahora y todavía están arreglando algunas cosas como el agua.
    Lo de la piscina de 50 metros, no se las promesas que habría; lo que si sé es que para los ´´cuatro matados´´ que estamos en Almeria una piscina de 50 no sale a cuenta. Somos muy pocos los que en realidad le damos uso y su mantenimiento no es barato. No hay mas que ir en verano a ver quien nada ahí,siempre estamos los de siempre y para de contar.

    La media de Almeria digamos que es del ayuntamiento de Almeria pero contratan a Cooperación 2005 para que la gestione.

    Parece ser que veis las ayudas ergogénicas como algo del otro mundo y tampoco es que sean una poza mágica, digamos que son plátanos reducidos ajajjaja. Y tened en cuenta que ahora mucha gente que los toman se van a las dos horas en la media, que querais o no es mas de media hora de lo que haceis vosotros y se nota el tomar algo o ir dos horas sin alimento.

    Si quereis ver un ambiente mas sano (no digo que la media no lo tenga) probad con una carrera de montaña (no aceptamos barco como el trail del cabo de gata ajjaja), es muy distinto.

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