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Un pequeño homenaje al compañero Francisco Manzano |
Pues eso, que nos queda un
pelao para debutar en media distancia. Esta semana, entre unas cosas y otras, la preocupación ha marcado mi vida de deportista reflexivo -para empezar, un compañero del Club Triatlón Almería falleció el martes tras ser atropellado cuando entrenaba con la bici. Oyes noticias, lees, sabes que esas cosas pasan -pero cuando algo así le ocurre a una persona con la que has coincidido en carreras, una persona que tiene cara y nombre conocidos, el cuerpo se te corta aún más. Horroroso lo que pasó el martes. Además de eso, que da para reflexiones angustiadas por demás, mis preocupaciones de esta semana han tenido que ver con la falta de ritmo en el últmo mes de entrenos: que si dos competiciones (una de ellas un olímpico, que para mí es ya una proeza), que si trabajo, que si cansancio acumulado, que si ánimo a medio gas por cuestiones familiares, que si pasan los días, que si parón de una semana por laringitis y constipado, así nos hemos plantado en esta semana
menos 2 con una mezcla curiosa de sensaciones.
Mixed feelings again: esa extraña mezcla de deberes hechos y de páginas a medio rellenar; esa sensación de estar preparado y, a la vez, de poder haber hecho mucho más. Y, claro, es el momento de repasar lo que he hecho y examinar lo que guardo en la maleta con la que me presentaré en boxes el día 21: así, veo que durante julio y agosto no me salté ni un entreno; que septiembre y octubre han sido meses más complicados e irregulares, pero, si considero las dos competiciones que he metido en septiembre como entrenos de calidad, y si considero las últimas semanas bajo el prisma del
tapering, las cosas no apuntan tan mal. Sin embargo, si las comparo con la
tralla que se está metiendo el personal para preparar esta prueba, mi maleta sale, sin duda, malparada. Lo mejor de darle tantas vueltas a la cabeza es que, en estos días, he puesto en orden muchas historias deportivas en mi fuero interno y he acabado formulando una visión interesante que me reconforta: soy quien soy, no debo compararme con nadie, hago lo que puedo y eso ya es muchísimo, no me dedico de manera profesional a esto, he hecho hasta el momento 7 triatlones en esta larga temporada (un pedazo de logro frente a los 3 de la temporada anterior).Y, finalmente, algo muy importante: voy a ir a terminar mi primer media distancia, no creo que me deba obsesionar el tiempo que haga -aunque el otro día soñara que lo terminaba en 5h59', si hago más o si hago menos será lo mismo -el podio quedará igual de lejos, el disfrute igual de cerca. Para terminar, un par de notas de tranquilidad y optimismo: ayer volví a sacar la bici después de un parón de bastantes días. Preocupado por las historias que se oyen (ya sabéis, los mitos urbanos del deporte popular:
la forma en bici se pierde enseguida), pensé que iba a llevarme una sorpresa desagradable -sin embargo, me salió un entreno decente de 53km a 30 km/h con una subida de 12km. Por otro lado, en el agua he vuelto a constatar que he mejorado en estos meses: mi ritmo sigue siendo muy lento pero soy capaz de hacer tiradas de nado continuo de 1800-2000 metros a 2'20''/100 con un número de brazadas sensiblemente más bajo (28 por 25m) al que tenía hace unos meses. Queda mucho por mejorar, pero algo he avanzado en el camino. Supongo que, a punto de entrar en territorio desconocido, al borde de atravesar una nueva frontera el día 21, hay que centrarse en hacer inventario de equipaje, pero siempre relativizando las carencias y subrayando y multiplicando por tres los logros y las cosas bien hechas. Porque no somos
pros. Porque tiene mucho mérito compatibilizar esto con la vida
ordinaria. Porque lo hacemos por gusto. Y, por eso, porque nos gusta machacarnos el cuerpo, no tendría ningún sentido autoflagelarnos y machacarnos también la mente.
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