El diario de un outsider residente en los arrabales del trimundo

miércoles, 17 de octubre de 2012

Faltan cuatro días -flashbacks y flashforwards

Pues sí, señoras, señores, respetable público: faltan cuatro días para el Triatlón de Cabo de Gata. Y a ratos me siento al borde del abismo y a ratos al borde del gran subidón. A ratos quiero que pase el tiempo y a ratos quiero que se pare el reloj. Cómo han pasado estos meses de preparación específica. Vértigo. Mezcla de sabores y de colores y de sensaciones: unas veces pienso que lo he hecho bien; otras veces pienso, que sobre todo en estas últimas semanas, podía haber dado más el callo. En cualquier caso -curiosa mezcla de flashback y flashforward la que me recorre el cerebro: cuando miro para atrás pienso sobre todo en Segovia (tiradas largas de bici o de run, la piscina de El Espinar, atravesar determinadas fronteras en mis entrenamientos por allí), cuando miro adelante me veo, más que el domingo, el lunes que viene, evaluando la temporada por fin y pensando cómo continuará todo esto la próxima. Tantas cosas que hacer esta semana. Tantas cosas que estoy dejando para el final. Lo mejor de la semana: estoy cuidando el descanso (por demás, podríamos decir, juas) y estoy cuidando mucho la alimentación. Tantas reflexiones y tantas lecturas que me llevan a una frase de resumen: el triatlón no es para débiles. No tiene sentido dudar, prestar atención a las previsiones meteorológicas, plantearse escenas raras, barajar oleajes impensables. No tiene sentido porque no pensar en todo eso forma parte del triatlón. Ahí he dado en el clavo -el mensaje me ha llegado y podemos decir que incluso lo he entendido. Por lo demás, nos vamos a la cama pronto -hoy con Sigur Rós, música para meditar, vídeo para meditar también. Concentración. Visualización. Agua. Mar. Y mucho #palante, que es gerundio (¿o no?).

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