No Country For Old Men |
El caso es que el domingo tocaba hacer el duatlón de Pulpí: un duatlón con cierta tradición que había oído nombrar y renombrar y que, al planificar la temporada, decidí incluir en mi calendario. Sólo había hecho un duatlón hasta el domingo y, tal y como constaté en Pulpí, si el triatlón no es país para viejos, el duatlón es ya territorio para gente realmente entrenada y recién bajada de otros planetas. No Country For Old Men, revisited. En otras palabras, un intento de triatleta como yo no puede ir a un duatlón a ponerse las pilas de autoestima y a comerse el mundo. No. Como mucho se lo puede tomar como un entreno de calidad -juas. En cualquier caso, no tenía yo el ánimo demasiado boyante el fin de semana y, esta vez, el madrugón a las 6.45 de la mañana de un domingo en una semana con mucho trabajo me sentó, verdaderamente, a cuerno quemado. Pulpí está a 120 kms de Almería -tocaba conducir y, además, tocaba comprobar, a la llegada, que estaba medio lloviendo y con el asfalto regular. Aun así, el duatlón me gustó: no sé qué tienen los pistoletazos o los bocinazos de salida que me curan todas las penas y me camuflan las dudas. Pulpí, además, tiene el encanto de las pruebas sencillas -con todo el sabor que tenían las carreras populares poco masificadas de hace unos cuantos años. Me recordaba un poco, en la sencillez y austeridad, al tri del Canal de Castilla.
Bueno, ¿cómo salió el duatlón? Pues, curioso: terminé con buenas sensaciones. 1h06'45''. Sensaciones de haber corrido bastante bien y de haber hecho una bici medio digna. Al ver las clasificaciones, que han salido hoy, veo las cosas desde una perspectiva más realista: puesto 73º de 120 llegados -furgón de cola power. En efecto, no corrí mal: la primera carrera a 3'51'' y la segunda a 3'49'' (nada mal para una carrera, bastante regular para un duatlón). La bici, que según mi cuentakilómetros me salió a 33.2 km/h, es un aspecto bastante mejorable. Sin duda.
Bueno, pues ese fue el duatlón de Pulpí: creo que, de no haberlo hecho, estaría más cerca que nunca de dejar todo esto. El bocinazo me devolvió un poco las ganas de continuar y me ayudó a ver el sentido de todas estas cenas a deshora, estas comidas a deshora, estas prisas por ir a la piscina, estas cábalas por ajustar los entrenamientos en la semana laboral o esta inquietud porque el agua o el viento no me dejan cumplir los entrenamientos. En todo caso, de aquí en adelante hay cuestiones y frentes que debo afrontar y mejorar si quiero conservar mi salud mental en esta historia:
-dejar las culpas y comeduras de tarro si, en determinadas semanas, no se puede entrenar al cien por cien por cuestiones laborales, afectivas o meteorológicas
-tener más fortaleza mental y más autocontrol para no dejarme engullir por estos ciclos de desánimo que van surgiendo en mi cabeza periódicamente
-dar más caña a la bici; aunque he mejorado mucho, sobre todo en posición, en manejo y en seguridad, creo que es ahora cuando empieza la hora de la verdad en bici
-mejorar tiempos en natación es una auténtica prioridad: no quiero nadar a 1'20''; pero creo que, después de tantos metros, tantas piscinas, tantos años ya, nadar a 2'15'' es una anomalía. Sin duda es un ritmo de principiante y el no ser capaz de remontar y mejorar es una de las principales fuentes de pensamientos negativos en mi desarrollo como triatleta. Algo falla en el agua, no hay duda.
Nos quedamos aquí hoy; yo, un poco más aliviado tras haber ordenado las ideas.Y, sobre todo, un poco más lejos de querer dejarlo. Saludos.
Venga David. Sé que no es consuelo pero un "PRO" como yo que no sé correr por debajo de 4´15 hubiera llegado bastantes puestos detrás tuya.
ResponderEliminarjajajaj
Abrazos