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Cuesta remontar |
No me gusta esta época del año -estos días cada vez más cortos me motivan muy poco para hacer deporte. Entiendo perfectamente a todos esos animales que hibernan y no vuelven a salir de la madriguera hasta la primavera. En esas estamos: tras mi descanso y mi ralentizada vuelta a los entrenos me encuentro con muy pocas ganas de hacer nada. Luego entro en faena y disfruto, pero arrancar me cuesta lo indecible En esas estamos: arrancando la pretemporada sin acabar de creérmelo, con una semana ya importante de entrenos entre las manos y con sensación de que nada de esto va conmigo. Se me pasan por la cabeza todo tipo de pensamientos poco edificantes, más amigos de la manta y del sofá que de pulsómetro, zapas o GPS. Cómo será la cosa que ni tan siquiera he puesto una entrada aquí para comentar que estoy inscrito en Elche-Arenales 2013. Cómo será la cosa que llevo un montón de tiempo sin actualizar mis entrenos en Movescount. Pequeño o gran bache de motivación que me ha dado mucho que pensar. Porque, de alguna manera, todo esto coincide con una especie de pérdida de la inocencia en cuanto a mi relación con el triatlón -miro a mi alrededor y veo, como otras veces, cosas que no me gustan. Sí, pero esta vez es como si las cosas más negativas estuvieran ocultándome del todo el bonito paisaje de lo que me motiva de este deporte. Así, al haber escarbado un poco más esta temporada pasada, al haber conocido un poquito más de este mundo, ahora se empeñan en salir todas las cosas que no me gustan: negocio y negocio, el gran negocio en que se ha convertido el triatlón y del que todo el mundo intenta sacar algo estos días; actitudes que no me acaban de gustar (ya sabéis, la tan traída y llevada reacción
pro y
pseudopro contra la popularización del triatlón); gastos innecesarios, ostentación por todos lados; niveles de exigencia y autoexigencia que provocan
estrés y cosas peores. En fin, es como si en los últimos diez días sólo viera las cosas más feas del triatlón -como si se me abrieran ventanas no deseadas en el prograrma advirtiéndome continuamente: NO ES DEPORTE PARA DÉBILES, NO ES DEPORTE PARA POBRES... Perdonen ustedes todo este palabrerío; perdonen que estos días tan grises y húmedos me estén llevando por donde no debiera ir. Lo mejor de todo es que ahora voy a salir a correr y, por supuesto, que yo ya tengo más que asumido que no soy yo de encajar en estereotipos o perfiles típicos. Eso ya lo sabía cuando me embarqué en esta película. Probablemente las cosas sean más simples de lo que yo las pinto. Es más: estoy casi seguro de que, con una tirada progresiva chula, se me quitarán las tonterías.Así, arrancando, nos quedamos hoy.
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