El diario de un outsider residente en los arrabales del trimundo

miércoles, 30 de marzo de 2011

Vuelta a la velocidad: probando, probando, y salvando los muebles

Tras días de no valer ni para asomarme a la balsa (expresión almeriense donde las haya), tras días de querer y no poder, tras días de stress de todos los estilos, esta noche tocaba el regreso a los buenos entrenos. Entre tanta tos, tanta pastilla, tantas preocupaciones relacionadas con la vida extradeportiva (la vida normal, ya sabéis: el trabajo, los mayores, la familia), entre tantas cosas poco agradables, reconforta volver a los entrenos serios y marcarse un baile marchoso con el Paseo Marítimo. Hoy tocaba: tocaba comprobar que, a pesar de la parada técnica y los antibióticos, las cosas siguen más o menos en su sitio. Y para probar y comprobar, una mini prueba de tan sólo 5 kms: pocos, pero qué bien han sabido. 19 minutos que han sabido a gloria: 5 kilómetros a 3'52''. Si la semana sigue su curso como está planeada, quedan todavía dos buenos entrenos de calidad antes de la frontera de los diez días previos a Málaga... No está todo perdido.

lunes, 28 de marzo de 2011

Querer y no poder: una semana para olvidar

Concluyó ayer una semana paréntesis de dudoso gusto... Una semana que, sin duda, tengo que meter en la categoría para olvidar. Una semana estratégica para mis intenciones en la Media de Málaga, echada por la borda... La verdad es que, como corredor, he tenido pocos contratiempos fisiológicos -quitando mi síndrome de la banda iliotibial post maratón de Donosti, apenas recuerdo días en que una lesión o un catarro o una tos o una nariz llena de mocos me hayan impedido entrenar. Sí, he tenido suerte.
Por eso la semana que terminó ayer me ha hecho sentirme aun peor: una simple irritación de la garganta que acaba en una fuerte laringofaringitis. Nada de fiebre pero pocas condiciones respiratorias para hacer florituras. Así, la semana ha sido un cúmulo de caramelos, pastillas varias, tratamientos homeopáticos, infusiones variadísimas, antibióticos... En fin: uno se da cuenta de las grandes posibilidades que ofrecen las enfermedades a la industria farmaceútica. Uno se da cuenta también de lo estresante y lo malo que resulta para el ánimo esa sensación de querer y no poder. Esa indescriptible sensación de que era esta semana pasada y no otra cuando, de cara a Málaga, debería haber estado haciendo los mejores tempos, fartleks, progresivos, series, lo que sea...
Bueno, una visión un poco más edulcorada y optimista de la situación: la semana acabó ayer con un total de... ...Dos días en la piscina, 3600 metros en total y varias ideas clarificadoras que me rondan la cabeza (la más urgente: debo mejorar el rolido)...Un número indefinido de kilómetros de bicicleta urbana, incluyendo la Bicifestación del sábado (un éxito: más de 300 ciclistas urbanos en Almería, la cosa va para arriba en esta ciudad, poquito a poco) ...42 kms de carrera a pie, en tres días, desde el viernes noche.
Viernes: 12 kms a 4'48'' y con mucha mala leche
Sábado: 12 kms a 4'55''
Domingo: 18 kms a 4'43''
No está tan mal la cosa, teniendo en cuenta las circunstancias... Especialmente contento de la tirada larga de ayer tarde: parecía imposible hacer 18 kms, entre los ánimos, el feeling respiratorio y el viento de oeste-suroeste (maldito poniente) con rachas de 60 y tantos km/hora. Parecía imposible pero... Poco a poco nos fuimos animando y ahí que fueron cayendo kilómetros hasta completar una tirada larga progresiva de libro. El entreno, tras una impresionante ceremonia final de toses y expectoraciones, me sirvió para decretar oficialmente el fin de la laringofaringitis y para contemplar las posibilidades que ofrece el poco tiempo útil que queda para preparar Málaga. Ahora, en la mañana del  lunes, me encuentro casi bien del todo y con ganas de exprimir esta semana que acaba de empezar. Ufff, qué alivio: semana nueva.

jueves, 24 de marzo de 2011

KO: laringofaringitis, desánimo y... una de dudas!!

Hasta la visita al médico de un deportista amateur tiene su miga: acabo de venir del médico y no dejo de acordarme de la estrambótica conversación. Mi resistencia a tomar antibióticos, mis explicaciones de que estoy en una semana clave precompetición, mi afonía galopante, la manera en que me miraba el médico como si tuviera delante no sólo a un portento del deporte sino tambien a un portento de la extravagancia. Conclusión de la conversación: que haga lo que quiera, pero que como no me tome los antibióticos voy  a acabar peor de lo que estoy. Segunda conclusión: los antibióticos, junto con la laringofarintigis que me ha dicho que tengo, me van a dejar hecho polvo. Tercera conclusión: qué difícil es todo cuando uno quiere ser superman... Cuarta conclusión: quizás todas estas cuestiones me las tendría que hacer ver por un psicólogo deportivo. O quizás debería escribir más por aquí, que para el caso es como ir al psicólogo...
Bueno, pues el resumen de la situación viene ahora: llevo desde el sábado pasado arrastrándome con dolor de garganta y con ronquera. Pasando de ir al médico e intentando llevar vida normal: claro un aspirante a superman no deja de ir a la piscina, no deja de salir a correr, y, por supuesto, no deja de ir a trabajar: aunque mi trabajo sea dar clase y no tenga voz, he ido religiosamente a clase hasta ayer por la noche.Un proyecto de superman no puede fallarse a sí mismo. Ni a sus alumnos.
Así las cosas, a 17 días para la Media de Málaga, las cosas no pintan del todo bien. Si la semana pasada terminó con unos ridículos 50 kms a medio gas (una tirada larga de 16 kms y algún intento de calidad poco sistemática), a falta de milagros, esta terminará aun peor. Se suponía que esta sería la semana de más kilometraje: pensaba meter un día extra (cinco en total) y llegar a 58-59 kms. Pensaba meter dos o tres días de fartlek o tempo o ritmo de carrera. Pensaba, pensaba.... Tanto pensar, y la laringofaringitis, que tampoco me ha dado fiebre ni me hace sentirme fatal, no me permite estar al cien por cien. En fin, en resumen: si todo va bien, la semana que viene será la única en que pueda entrenar en condiciones para Málaga. La siguiente es la de la carrera por lo que tocará descarga. (Descarga, ¿de qué?) Vamos que mi ritual de mejorar mi tiempo en media, año tras año, en la de Málaga creo que va a interrumpirse este año. No sé. Y aquí el desánimo se está juntando ya con las dudas del título. Dudas y desánimo, hambre y ganas de comer...
Aunque la mayor de mis dudas actualmente tiene que ver con esto...


Sí, ahora no puedo decir que el objetivo no está ahí, que no encuentro un sprint, en buen sitio y en buena fecha, para mi debut en triatlón. Más fácil no podía ser: Almería, el Palmeral, mi adorado Zapillo, en el mes estupendo de junio. Entonces, ¿cómo puedo tener alguna duda? ¿cómo no he hecho ya la inscripción? Pues... lo de siempre: el agua. La verdad es que tengo sensación de haber mejorado algo: ayer, sin embargo, mi monitor me grabó en video. Lo que vi, el resultado, dista mucho de mi ideal natatorio... Y claro, creo que el triatlón dista mucho en cuanto a nivel del tema de las carreras populares: hoy cualquiera se apunta a una carrera, aunque lleve unos ritmos lentorros lentorros. Pero creo que el funcionamiento de los triatlones en España no va por ahí. En fin, si me decido quedan todavía tres meses para mejorar: ¿me inscribo? ¿no me inscribo? Se admiten apuestas... y sugerencias.

sábado, 19 de marzo de 2011

Escuchar nuestro cuerpo

¿Escuchamos nuestro cuerpo lo suficiente? ¿Hacemos caso de las señales que nos manda de vez en cuando reclamando algo más de descanso? Pues creo que, la mayoría de las veces, no. Los deportistas amateurs somos temerarios por naturaleza. Y es que uno lee blogs por ahí y lee montones de historias de lesiones no curadas y amplificadas por la falta de descanso, de resfriados curados a fuerza de rodajes, de malestares varios ignorados por la presión de calendarios y planes omnipotentes. Nos creemos sobrehumanos y, a veces, así nos va. Cualquier deportista profesional pararía ante cualquier síntoma, cualquier señal mínima de que algo no va bien.
¿A qué viene toda esta perorata? Pues un poco a explicar por qué, en vez de en la piscina, estoy aquí en la cocina de mi casa, contemplando la niebla que no acaba de levantar y actualizando el blog. Sí. He pospuesto mi cuarta sesión de piscina de esta semana hasta mañana o hasta cuando sea. Llevo desde el Trail de Cabo de Gata tirando un poco del carro; por fin esta semana volví a salir a correr con cierto garbo y haciendo algo de velocidad (12 kms el miércoles a 4'21'' de promedio, con unos primeros 6 a 4'15'' y con los últimos 6 más lentos y luchando  contral el viento de poniente). Ayer tocaba fartlek, pero salí por la noche y no tenía ganas de volverme loco mirando el reloj: al final, otros 12 kms a ritmo normalito (4'40''). La piscina va con progresivas buenas sensaciones: los drills y los entrenamientos planificados van surtiendo algo de efecto y, además de buenas sensaciones, esta semana he vuelto a bajar mis super marcas acuáticas: 23'27'' en 1000m y 9'10'' en 400m. Voy bajando brazadas y, si estoy inspirado, puedo hacer 28 brazadas por largo; una cantidad de brazadas absurda y elevadísima, pero nada que ver con las 36 habituales hasta hace poco. Bueno, el caso es que los entrenamientos con tabla, pies quietos, triceps, aletas, camiseta y demás tendrán algo que ver en todo esto, pero también cansan más que nadar por nadar, como hacía hasta ahora. Cansancio y un dolor de garganta que me ha molestado esta noche pasada me han hecho, por una vez, escuchar mi cuerpo y quedarme en casa a descansar -sinceramente creo que un entrenamiento cansado o sin ganas o mal cuerpo es mucho peor que un entrenamiento en blanco. Además, la semana que viene y la siguiente serán las dos semanas clave de cara a la Media de Málaga, por lo que quiero afrontarlas con la mejor forma mental y física. Esta tarde veremos qué se puede hacer: espero que las señales y sonidos de mi cuerpo sean mejores que los que he escuchado esta mañana.

domingo, 13 de marzo de 2011

Nadie dijo que fuera fácil -una semana de descarga...

Pues sí, nadie me dijo que fuera a ser fácil todo esto: nadie dijo que fuera fácil nadar mejor, combinar tres disciplinas con la misma pasión con la que practicaba una, usar pedales automáticos, organizar, comprar, lavar equipación para correr-nadar-biciclear; nadie dijo que iba a ser fácil leer todo tipo de manuales sobre entrenamiento y autoentrenamiento, sobre cómo ser un mejor ciclista, cómo ser un mejor corredor, cómo ser un mejor nadador, cómo llegar a ser un triatleta. Nadie dijo que fuera fácil acumular kilómetros al día, a la semana, al mes, al año. Acumular kilómetros y pesas y estiramientos y abdominales y la leche en verso. Aprender sobre alimentación, aprender sobre tantas cosas... Nadie dijo que nada de esto fuera fácil, no. Pero tampoco oí a nadie decir que fuera a ser todo tan difícil. Difícil, a ver si me explico bien, no en el sentido peor del término, pero sí en el sentido de entretenido, de complicado, de reto personal constante.Menos mal que a mi me gustan los retos, que si no... Algo así como las cosas difíciles son las que merecen la pena: es la actitud que hay que tener ante todo este proceso, si no uno es hombre muerto.
Esta semana ha sido una semana difícil: el trail de 29 kms del domingo pasado me dejó absolutamente listo de papeles. Supongo que la distancia, el desnivel y, sobre todo, el terreno (arena, piedra suelta, irregularidades varias) tuvieron su parte en el cansancio que he arrastrado estos días. Espero que fuera eso, pero también he llegado a pensar que el tiempo pasa, los años pasan, todo pasa: si no es en este trail o en esta ocasión, llegará una carrera o una semana en que tardaré cada vez más en recuperarme de las actividades y entrenos exigentes. Bueno, espero tener todavía unos años en que el tiempo me siga perdonando; aun así, he pensado mucho sobre ese tema esta semana. ¿Hasta qué edad uno puede seguir entrenando y mejorando tiempos como si nada? No es la primera vez que me lo pregunto y, supongo que para mucha de la gente que hacemos deporte, es una cuestión un poco tabú; sin embargo, creo que en algún momento hay que ponerla encima de la mesa.
En todo caso, tras dos semanas preparando en serio la Media de Málaga, con la semana del trail acumulando dos buenos días de velocidad y un total de 59 kms, creo que esta tercera semana tocaba descarga. Así que, un poco a la fuerza ahorcan, y un poco por necesidades del calendario, esta semana han tocado cuatro días de piscina y cuatro días de carrera a pie, flojitos, sin ninguna velocidad (sólo con un par de tiradas a 4'40'' y tantos) y con un total de 42 kms. Espero que la bajada de kilómetros y los ritmos regenerativos me ayuden a recuperar mis isquios y mis cuadriceps para esta semana que viene.
En cuanto a la piscina, han salido 5450 metros con natación normal, técnica y aletas. De momento no noto ninguna mejora de tiempos, aunque sí he conseguido reducir brazadas y empezar a entender verdaderamente dentro del agua conceptos como 'deslizar' o 'coger agua'. En cuanto a la bici, la lluvia y mi deplorable estado de piernas me hicieron desaprovechar una ocasión de salir ayer en grupo. Pocas ocasiones de salir con más gente, así que si se vuelve a repetir la oferta, el sábado o domingo que viene no puedo buscarme excusa. Las cosas difíciles son incompatibles con las excusas...

lunes, 7 de marzo de 2011

III Trail Cabo de Gata Níjar: la crónica o la soledad era esto

Pues ya pasó la traca final de la semana pasada. Pasó el rito personal de la entrada de la primavera. Pasó ese pedazo de madrugón en domingo -suena el despertador a las 6.15 y uno se vuelve a preguntar, otra vez, por qué hacemos esto. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Qué buscamos con todo esto? Y después se mete entre pecho y espalda una carrera de 29,200 kms (por fin creo que los Aqueatacamos logran medir bien una carrera). Y claro, en las 2h10'44'' que tardé en hacerlos, me dio tiempo a pensar y repensar posibles respuestas a esas y a otras preguntas. Con poco éxito lo de encontrar respuestas, pero darle a la cabeza sí le di. Porque, como me pasa muchas veces, hice casi toda la carrera solo, un poco entre pinto y valdemoro, entre dos aguas. Como a mí me gusta -entre el grupo de los buenos de verdad y el grupo de los no tan buenos. Entre dos tierras: entre runner y triatleta. Solo: la soledad del corredor de fondo. La soledad que te permite constatar que aquí estás otro año más, y ya van tres: con las varicas de San José florecidas y el campo de un verde imposible para la zona desértica en que estamos. Un campo precioso. Un recorrido bien escogido que este año tenía un premio: una subida a un pedazo de cerro-mirador desde donde se contemplaba todo el Campo del Cortijo del Fraile. Ecos de Bodas de Sangre, ecos literarios, ecos de tragedia. Y uno corriendo por ahí; entre veredas, pistas y muy poquito asfalto (como dije el año pasado: bendito asfalto). Entre pitas, chumberas, pedregales y ramblas... Y venga a darle a la cabeza. Reflexionando sobre temas interesantes: el negocio en que se ha convertido esto de las carreras (30 euritos del ala la inscripción a este trail -echen ustedes cuentas, si escuché que había más de mil participantes, salen unos pingües beneficios). Más temas interesantes: relacionado con lo anterior, el auge de la actividad física en España desde hace unos poquitos años-todo el mundo quiere correr en este país. Da gusto. Incluso los senderistas que iba pasando desde la mitad del recorrido hacían sus amagos y pinitos -parece que ya un senderista no se conforma con andar... Esto me lleva a otra reflexión: tampoco los corredores nos conformamos con correr, ahora hacemos todos triatlón: venga monos de triatlón en este trail (y en cualquier carrera), venga equipaciones de clubes de triatlón, venga conversación tri por todos lados. Cuando se nos acaben las fronteras del triatlón, ¿qué querremos hacer? Menos mal que hay frontera para rato en ese territorio.
Bueno, pues por el territorio del Parque Natural de Cabo de Gata Níjar iba yo haciéndome todas estas preguntas y pajas mentales, y en esas estábamos (que es un poco como decir "la del alba sería"), cuando por fin se acabó la rambla arenosa esa tan engorrosa y me di cuenta de que iba haciendo un buen promedio. 21 kms de nada a 4'34'' de media. Faltan ocho: decido tomarme un gel de glucosa que, no como en los maratones (en que no noto efecto ninguno), me sienta estupendamente. Voy como un tiro. Comienzo a adelantar gente. Sigo. El Pozo de los Frailes. Esto está hecho. Camino de San José. Voy a  más: voy bajando promedio. Los repechos matadores de los últimos 4 kilómetros y meta. Un acento cordobés me dice que voy con mucha fasilidad. Un poco por cortesía le digo que no tanto, y, por darle la razón, acelero. Entro en San José y a meta... 2 horas 10'44'', a un promedio de 4'29'' el kilómetro. 7º de mi categoría y 33º de la general. Ah, se me olvidaban los 407 metros de desnivel positivo y 486 de desnivel negativo. No está mal. Buena entrada en la primavera (con un gélido aire de levante, por cierto) y un inmejorable entrenamiento de cara a la Media de Málaga. Eso sí: hoy tengo unas agujetas en los cuadriceps, isquios y gluteos que para mí se quedan. Así han ido hoy el entrenamiento con monitor en la piscina y la subida en bici al trabajo. I need a break.

viernes, 4 de marzo de 2011

Una semana movidita y con traca final

Aquí seguimos; en plena efervescencia por el cambio de tiempo y la inminencia de la primavera. No hay color: el aumento de horas de luz da muchas más ganas de entrenar y de moverse. Eso, los entrenamientos más serios en la piscina y la preparación de cara a la Media de Málaga me tienen revolucionado. La estrella de la semana, sin duda, será el III Trail Cabo de Gata Níjar el próximo domingo; un pedazo de carrerón por terreno mixto, sobre todo tierra y pista, alguna rambla con arena y poco asfalto, que, en las pasadas ediciones, me resultó muy reconfortante. Aunque el club organizador la publicita como una carrera de 30 kms, seguramente serán menos -lo digo porque este club, excelente organizador de eventos, peca un poco de optimismo a la hora de las mediciones. En todo caso, seguro que andaremos por los 28 kms, con un cierto desnivel, y con un entorno bellísimo que seguro que me anima a ir a un buen ritmo, que me vendrá estupendamente a un mes de la Media malagueña. Así, me planteo la carrera como un entreno con dorsal -una de esas expresiones que se ha puesto de moda últimamente y con la que no acabo de comulgar del todo: después de todo, una carrera es siempre una carrera... Por mucho que no podamos ir a ganar ni estemos siempre en la mejor de las formas para mejorar tiempos y ritmos y números.
De todos modos, el Trail creo que me pilla en bastante buena forma. La semana ha seguido su curso -reservándome un poco para el domingo, llevo tan sólo 30 kms acumulados hasta ahora. Ya no toca correr hasta la carrera, por lo que mañana y pasado me dedicaré a la piscina, con el nuevo enfoque de tabla y drills y triceps y planes y recuperaciones de un minuto y qué se yo... En cuanto a carrera a pie, destaco los dos entrenamientos de calidad de la semana, orientados a Málaga y acortados un poco por lo del evento del domingo próximo: ayer un tempo progresivo estupendo -una de esos rodajes rápidos que te sorprenden por el contraste entre la desgana inicial y la pereza antes de salir y el ritmo tan bueno que llevas cuando estás metido de lleno en el ajo del entreno: salieron 7 kms a 4'01'' de promedio. Nada mal. Hoy (sí, ya lo sé: poca recuperación para meter otro entreno de velocidad), un intento de pirámide de fartlek 1'-2'-3'-4'-2'-2'-1': 8 kms que han salido a 4'21'' de promedio, con los intervalos rápidos a ritmos de entre 3'30'' y 4'. Peores sensaciones que ayer: está claro que dos días de velocidad seguidos no son buenos para el cuerpo ni para la mente. Bueno, aquí seguimos...

martes, 1 de marzo de 2011

Como pez en el agua: resumen de unos días de buenos entrenos

Se terminó febrero. Y como hace tantos días que no actualizo por aquí, hay una lista de titulares y noticias en espera que no sé ni cómo administrar... Tampoco es para tanto, así que, al lío: terminó febrero con buenos números. 229 kms de carrera a pie. 21500 metros de piscina. Y, noticia de las noticias, 37,3 kms testimoniales de bici de carretera. Sí, ayer, tras meses de inmerecido olvido en el cuarto de invitados, desempolvé mi Trek: buenas sensaciones y la confirmación de que las cosas que se aprenden, no se suelen olvidar. Como novedad ciclista: el sensor de cadencia me ha abierto una nueva visión de lo que supone entrenar (bien) en bici de carretera. En cinco minutos comprendí lo que dicen los libros y los artículos de internet y las fuentes más variadas: que la cosa no consiste en ir a plato con el piñón pequeño sin más. La cosa consiste en ir a una buena cadencia y, ayer me di cuenta, me faltan muchos kilómetros para poder ir todo el rato con el plato grande y el piñón pequeño a 80 y tantas o 90 rpm. En fin. Lo que hace la tecnología.
Por lo demás, la semana pasada comenzaron los entrenamientos específicos y con chicha para la Media Maratón de Málaga: nada mal la cosa. Las semanas que quedan hasta el 10 de abril, pintarán de la siguiente manera en lo que a carrera a pie se refiere:
1 día facilito sin pretensiones, llámese de recuperación o como ustedes quieran.
2 días de velocidad, uno de tempo progresivo y otro de fartlek en pirámide
1 tirada larga a ritmo facilón pero con algo de garbo
Así, la semana pasada salieron 54 kms en total: el martes, 12 kms con pirámide de fartlek 1', 2', 3', 4', 6', 4', 3', 2', 1' (promedio de 4'19''x kms, con las zonas de la pirámide a ritmos de entre 3'35'' a 3'50'' y recuperaciones al trote); el jueves, 12 kms recuperación a 4'54''; el viernes, tempo progresivo gracioso: 12 kms a 4'16''; el domingo, 18  kms a 4'55'', con los últimos kilómetros un poco más vivos. En fin, cómo me gusta correr.
Y bueno, ahora toca el agua, que para algo he titulado la entrada así, como pez en el agua. Os preguntaréis si ha ocurrido algún tipo de milagro que haya cambiado repentinamente mi estilo, mi técnica y mis tiempos en la piscina. La respuesta es no, pero claro, todo se andará. O se está andando ya. Desde la semana pasada me están ayudando formalmente con la técnica y he pasado de nadar sin más y de meter pull a troche y moche a entrar a la piscina con ejercicios de técnica y con un plan. Espero que, por fin, todo esto me lleve a algún sitio. La cosa pinta así: 2 días de ejercicios, drills y metros planificados; un día a mi bola; un cuarto día con el entrenador-monitor. De momento es pronto para notar mejoras, supongo, pero al menos creo que he cambiado de óptica y quizás estoy ganando algo de confianza en mis posibilidades. Hoy, por ejemplo, era mi día a mi bola: como me encantan las pirámides, me he improvisado 1700 metros a la egipcia (100m, 200m, 300m, 500m, 300m, 200m, 100m, con recuperaciones de un minuto entre sets). Bueno, pues eso: espero que el bellísimo pez de la foto (que está hecha en la playa del Zapillo) sea un buen amuleto para mis largos.